Para Jesús Loroño el ciclismo era vivir al límite
Jesús Loroño, ese ciclista que bebía del pundonor llevado hasta extremos impensables en nuestros días. Jesús Loroño tiene grandes historias y algunas cincelan un carácter sin igual. Un tipo mágico, qué falta nos haría hoy uno así.
La Vuelta en primavera tenía esto. Un día amanecía un sol y verde espatarrantes y al siguiente la temperatura desplomaba, el cielo se abría en canal y el frío entraba por cada renglón.
Nos situamos en mayo del 57. España vive un temporal de frío con la Vuelta Ciclista a España en marcha. La carrera transita el siempre incierto terreno asturiano. Es día cuatro.
El país celebra el éxito de Federico Martín Bahamontes en la víspera, con llegada a Mieres, mientras el equipo francés vela armas para retomar el mando con Géminiani. Walkowiak, Dotto y Bauvin en vanguardia.
La carrera se apresta a hacer el trayecto Mieres León, 136 kilómetros que deben pasar por la cima de Pajares.