8.848 metros es la altura del Everest, y como en esto del ciclismo hay gente para todo, aparecen de vez en cuando auténticos retos que no tienen mayor objetivo que cumplirlos. Sin sacar nada a cambio: solo la satisfacción personal. Uno de ellos es conseguir en una misma jornada de bici cumplir con esa altura en el acumulado de ascensiones. Es decir, que tu desnivel en un día de ciclismo cumpla la altura de la cima del mundo.
Son casi nueve mil metros que, bien mirado, suenan a burrada, pero que con una buena preparación son asumibles para Miguel Ángel Granero, un valenciano que sorprende por contar con más de 22.000 kilómetros al año en su Strava, con algún puerto apadrinado (hay una normativa: subirlos tantas veces al año, o al mes, dependiendo de su desnivel… pero de esto ya se hablará), y con historias para no dormir. Por ejemplo, acabar una marcha cicloturista, comer e irse a subir no sé sabe cuántas veces un puerto que deseaba apadrinar. Salvajadas para unos, retos para Granero. Para cumplir con el del Everest tendrá que subir 20 puertos de montaña en una zona concreta de la Comunidad Valenciana, y eso serán 340 kilómetros. “De 5.00 de la mañana a 00.00 de la noche”, calcula. Entre 18 y 19 horas… La cita la ha previsto para el próximo 28 de mayo.
Precisamente uno de esos puertos que –aparentemente- lleva su nombre es el Portitxol de Ontinyent. Este será uno de los seis que subirá varias veces, hasta completar entre todos 20 ascensiones, para cumplir con los 8.848 metros del Everest. Ontinyent es una localidad del sur de Valencia, cercana a Moixent, Vallada y Aielo de Malferit. Y estos son los cuatro pueblos que cierran el círculo. O la estrella, porque si observamos el mapa veremos que se trata de un viaje constante de ida y vuelta, de subidas y bajadas sin descanso, sin zonas llanas.
De hecho, un llano es una pérdida de tiempo y energía, porque “de lo que se trata es de hacer el máximo desnivel en el menor recorrido posible pero sin exigirle grandes pendientes a las piernas”, asegura Granero, que ya vivió la experiencia Everest en sus propias piernas en 2015, en Asturias, en aquella ocasión sobre 245km. En la cita valenciana, se trata de situar un punto neurálgico de actuación, víveres y repuestos, y este se encontrará en el cruce de descenso del Portitxol dirección Moixent, Vallada o Aielo. Es decir, se trata de las carreteras CV-651, CV-6492, CV-589 y CV-665 más una pequeña desviación de esta última para acceder a la ermita de Sant Esteve de Ontinyent. Junto a esta subida, las otras cinco son el Portitxol por sus dos vertientes, Cumbres de Valencia desde Moixent, el Bosquet desde Moixent, la ascensión desde Aielo de Malferit, y la más dura, que solo se subirá en dos ocasiones, el Campello de Vallada, que cuenta con alguna rampa al 16%.
Los puertos
No son subidas extremadamente duras, porque si en algún caso lo son, su escaso kilometraje permite licencias. A saber: el Campello desde Vallada son 7,8km a una media del 6,8%, con algún tramo al 16% y una primera parte realmente dura, pero breve; el Portitxol desde Aielo de Malferit son 11,6km a una media del 4,1%; la ermita de Sant Esteve son 6,2km a una media del 6,5%, eso sí con unas rampas finales bastante duras al 10%; Cumbres de Valencia son 6,1km al 6%; y por último el Portitxol desde Ontinyent son 7,8km al 5%.
Para este reto, Granero utilizará un desarrollo “especial”: 36-32. “No se trata de ir rápido, sino de no reventar las piernas”, asegura. Es decir, prisa, ninguna, sino llegar. Habrá una parada a comer en un bar a mitad de camino, en Moixent, y Granero, pese a la bestialidad que propone, también hace un llamamiento a la tropa(tienen página en Facebook: Everest Valencia 2017): “Puede venir quien quiera, solo será cuestión de decírnoslo para tenerlo en cuenta y que no se vaya perdiendo nadie”. Y no es baladí la afirmación, porque de tantas vueltas como se van a dar –el punto de confluencia se pasará 14 veces-, es posible que alguno pierda el orden de los puertos. Y ya se sabe, que el orden de los factores no altera el producto, aunque cuando se habla de estar fino y diestro en el esfuerzo, tal vez convendría aclarar la ruta. Para no regalar ni un gramo de fuerza. Que la necesitará.