Una vez leída la columna inicial que Riche Porte parece que va a escribir en Velonews, durante el Giro de Italia en lo que significa una reivindicación de un ciclista que creo no hemos valorado en su justa medida.
Obsesionado hasta la médula con el Tour de Francia, la grande en la que ha rendido siempre mejor, no comprendimos esa fijación hasta el día que rompió a llorar porque logró subir al podio. Fue hace dos años, en la edición de septiembre, sobreviviendo a etapas comprometidas, y para desgracia de Landa y Mas. Richie Porte admitía que el Tour era la carrera que desde pequeño veía en la televisión, de madrugada en Australia, con ojos de ilusión. El día que pisó el podio tocó el cielo.
Pero más allá de Francia, de las tardes de gloria que prestó a Froome, principalmente, el australiano ha amasado un palmarés que ahora mismo se mide, en cuestión de vueltas por etapas, con Valverde, Nairo, Nibali y Froome, referentes en este campo. Richie Porte dejará el ciclismo con dos París-Niza, otros tantos Tour Down Under junto a la Volta a Catalunya, Vuelta a Suiza, Tour de Romandía y Dauphiné. Este palmarés es un lujo al alcance de muy pocos, ya hemos citado algunos, y habla del valor de este corredor dentro del pelotón.
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