El gobierno belga pone en duda el futuro del Lotto-Soudal

Andre Greipel ha conseguido siete de las doce victorias que acumula Lotto-Soudal este año / © Bettini Photo

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Bélgica, al igual que la mayor parte de países de la eurozona, no ha sido ajena a los efectos de la crisis económica. Su economía ha capeado el temporal mejor que la de otros países, pero aún así el gobierno federal ha tenido que llevar a cabo una serie de ajustes que ha puesto en pie de guerra a varios sindicatos. Por ello y porque la ministra de economía, Sophie Wilmès, quiere proteger a toda costa las inversiones estatales en compañías con participación pública, el estado ha iniciado un estudio pormenorizado de todos sus activos y de la seguridad de esas inversiones.

Entre ellas, claro está, ha aparecido Lotto que es el equivalente belga a las Loterías y Apuestas del Estado en España. Desde el departamento dirigido por Wilmès han surgido dudas más que razonables sobre si es conveniente que Lotto, como empresa pública, siga invirtiendo una gran cantidad de dinero en un patrocinio expuesto al elevado riesgo que supone el ciclismo hoy en día.

Según el rotativo La Dernière Heure, el equipo encargado del estudio de este caso estaría, ahora mismo, dividido en dos corrientes. Por un lado, la de aquellos que se han mostrado abiertamente partidarios de vender el equipo y, por lo tanto, hacer desaparecer la estructura tal y como la conocemos ahora mismo y, por otro lado, aquellos que desean buscar una solución alternativa que permita la subsistencia de uno de los equipos más representativos de todos los deportes del país.

La estructura del equipo Lotto se creó en 1985 y desde entonces no ha faltado ni una sola temporada su maillot dentro del pelotón, bien como patrocinador en solitario, como sponsor principal acompañado, como ahora es el caso con Soudal, de otras empresas o, incluso, durante siete temporadas como segundo patrocinador.

En el año 2002 se creó la filial Lotto Sports Organisation (LSO) para gestionar comercial, financiera, organizativa, administrativa y deportiva de los equipos y esa sociedad, que es la que, evidentemente, gestiona al Lotto-Soudal, mantiene en estos momentos una deuda (conocida) de seis millones de euros, aunque son muchos los que apuntan a que el agujero presupuestario real podría ser mucho mayor.

Esto, dado que LSO está participada al cien por cien por Lotto y esta, a su vez, es una empresa gestionada por el estado belga con dinero de sus contribuyentes, ha sido el germen de la honda preocupación existente en este momento en el equipo de Sophie Wilmès que, como ya se ha indicado, se debate entre deshacerse del equipo o buscar una solución menos traumática.

El máximo responsable de Lotto, Jannie Haek, estaría alineado con el grupo partidario de mantener el equipo y para ello estaría preparando el terreno para iniciar un proceso de ampliación de capital en LSO en el que se invitaría a inversores privados y a empresas para que pudieran inyectar capital en el equipo Lotto-Soudal a modo de cooperativa.

En el actual consejo de administración de Lotto, como en cualquier empresa pública belga, se libra una cruenta batalla política por el control de la misma entre las fuerzas políticas flamencas y valonas. Precisamente, son estas primeras -mayoritarias- las que se han mostrado partidarias de mantener al equipo en la carretera con la única excepción del Open VLD, afiliado internacionalmente a la Alianza Europea de los Liberales y Demócratas (cuyos representantes españoles son C’s, UpyD y CDC). Por otro lado, la totalidad de los partidos valones representados en el consejo de administración se han mostrado partidarios de la venta del equipo.

En este momento, la opción que parece que podría reunir un mayor consenso es aquella que permitiría la venta del equipo sin que este perdiera el nombre, es decir, manteniendo a Lotto como patrocinador de la escuadra, pero no como propietaria de la misma.

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