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Dani Navarro en la Volta a la Comunitat Valenciana 2022 © Burgos BH
Hay muchas cosas que suceden en ciclismo de las que es imposible enterarnos, por mucho que las imaginemos, pero hay algunas, más en los tiempos que corren, de las que nos enteramos sí o sí, por muy atrás de la carrera que sucedan, cosas como la «cazada» de Dani Navarro enganchado al coche del Burgos BH en una de las subidas de la etapa final de la Vuelta a Asturias.
Yo quiero ponerme en la piel de Txomin Juaristi, que no iba nada mal en el desarrollo de la etapa, ahí retorciéndose y ver como, en el lapso de unos segundos, un ciclista entra por detrás de él en el vídeo que graba un aficionado y en la siguiente curva ya lo ha dejado de rueda.
Es una pillada en toda regla, el retrato de ese mundo que no vemos, pero que imaginamos, de empujones y «favorcitos» que quedan una vez han pasado los primeros, pues a ellos se les ve a la legua si hacen alguna marranada.
Reza el comunicado del Burgos BH sobre la última etapa dela Vuelta a Asturias que Dani Navarro se había caído en el tramo definitivo de la etapa, quedándose del grupo de los mejores. Luego hablan de las metas volantes de Jesús Ezquerra y la sexta plaza en la etapa de Pelayo Sánchez.
Las respuestas que les llegan son el reflejo de la percepción de la gente
Y es que no costaba nada, más en una carrera que aún siendo importante, no es lo más, dar un paso adelante y admitir el error, un hecho que no por ser habitual en las partes traseras de los pelotones, está bien.
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