A los pocos minutos de que la Unión Ciclista Internacional (UCI) confirmase el calendario definitivo previsto para esta atípica temporada 2020, un calendario concentrado entre el mes de julio y el de noviembre, la dirección deportiva del Kometa-Xstra Cycling Team ya estaba trabajando sobre el calendario que tendrá la estructura continental de la Fundación Alberto Contador. Si bien los detalles serán especificados en las próximas semanas, desde la primera toma de contacto la Vuelta a Burgos o el Tour de Hungría emergen como compromisos fundamentales.
En el caso de la ronda burgalesa, organizada por la Diputación de Burgos, su celebración va a depender del dictamen del Ministerio de Sanidad de España. Un dictamen que viene a acabar con las dudas surgidas sobre la viabilidad del evento y, sobre todo, la idoneidad del momento. Si el organismo ve viable su disputa, habrá carrera en las fechas previstas entre el 28 de julio y el 1 de agosto. Una Vuelta a Burgos que maneja casi medio centenar de peticiones y a la que se le vinculan ya varios nombres propios a la hora de integrar su nómina de participantes.
“La Vuelta a Burgos se ha convertido en un símbolo para el ciclismo. Es la primera gran carrera de este nuevo calendario y su celebración vendría a ser un hito. Primero porque serviría para dejar atrás unos meses muy complicados para todos los que forman este deporte, un trimestre sin carreras y muchas incertidumbres. Después porque calmaría las ganas de competición que muchos corredores y equipos mantienen. Y por supuesto porque su disputa en sí supondría el retorno a cierta normalidad y el primer paso firme para, de alguna forma, salvar la temporada desde un prisma meramente competitivo”, señala Jesús Hernández, director del equipo.
El madrileño, siempre trabajando mano a mano con el preparador Carlos Barredo y con el segundo director Dario Andriotto, incluso tiene en su mente una base de equipo con la que se tomaría parte en unas carreteras burgalesas donde el proyecto continental de la Fundación Alberto Contador ha vivido uno de sus mejores momentos deportivos: la victoria del italiano Matteo Moschetti en el sprint de la etapa con final en Castrojeriz de 2018.
“En una carrera donde se puede anticipar la presencia de varios equipos WorldTour con varios de los mejores ciclistas del mundo la idea está muy clara”, proclama Hernández; “hay que competir sin ningún tipo de complejo, correr junto, rodar delante y estar atentos a todas las situaciones de la carrera para exprimir al máximo nuestras posibilidades. La Vuelta a Burgos es una carrera muy especial y en absoluto fácil. Las llegadas previstas en el Picón Blanco o en las Lagunas de Neila presentan una gran dificultad y este año habrá mucha competencia”.
Hernández, no obstante, tiene clara las prioridades: “Lo primero es, por supuesto, que las circunstancias permitan la celebración de la carrera. Lo fundamental es la salud. Lo prioritario. Si se dan pasos hacia esa nueva normalidad es porque es posible y el sistema sanitario lo avala. Desde ese punto de vista, la Vuelta Ciclista a Burgos es vista en estos momentos como una especie de tierra prometida”.