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Gesto hacia Fabio Jakobsen en Polonia. © TDP
Cuando Remco Evenepoel se estrelló en ese puente de Lombardía el contador de la estadística se detenía con la misma violencia que se había puesto en marcha.
Todo en el prodigio belga que salió desencantado del fútbol va deprisa, todo a mil por hora, cosa que además no pasa desapercibida para los rivales.
Por que Evenepoel retomó la campaña en Burgos donde la había dejado en febrero, antes del parón, desde el podio.
En febrero San Juan y Algarve, dos ganadas de dos corridas, en verano, otras tantas, y con una carga de dificultad mayor, pues a Burgos no fueron unos cualquiera y en Polonia hablamos de una vuelta de World Tour.
Tras esa escapada memorable, residente en los anales de la campaña, le vino lo de Lombardía, a donde acudía con cinco estrellas en las apuestas.
El primer reto de Evenepoel es el estadístico, aunque no será prioritario, pero son esas cosas que una vez encadenas te gusta ver hasta dónde eres capaz de perpetuar.
Ganar las cuatro carreras por etapas que corres, eso es algo que pocos firman, si nos apuráis diríamos que Contador o Roglic pueden asegurar registros iguales, en tiempos recientes, aunque estos bastante más talluditos.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor
