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Dennis Van Winden, holandés nacido en Delft y que cumple 26 años en diciembre, ha vuelto a competir en las filas del Belkin, una historia esperanzadora entre los sub-23. Volvió a la competición en el Tour de Hainan, prueba copada por el equipo holandés, compartiendo éxitos con Hofland, Bos y Boom, después de casi un año de despido temporal de las carreras.
Van Winden, de hecho, fue operado el 15 de noviembre por una lesión obstructiva en la arteria ilíaca derecha, patología vascular frecuente en el ciclismo de las últimas décadas y con una particular incidencia en los años 90. Tras la operación Van Winden no solamente vio obligado a hacer un alto en su actividad agonística, sino que, debido a una infección provocada por la primera operación, tuvo que ser intervenido otras tres veces. Todo en un mes más o menos. Un récord, sin duda, nada agradable.
En una entrevista de Cyclingnews, Van Winden cuenta su dramático estado clínico en el cual su hematocrito se habría precipitado al 18% (valores normales: 42-48) y la hemoglobina en la circulación había llegado a 5 (valores normales: 12-15). Un cuadro de sepsis hemorrágica con la vida pendiente de un hilo.
¿Negligencia médica, superficialidad o fatalidad? Hace cuatro años, el sudafricano Cox pagó con la vida algo parecido, por lo que el regreso de Van Winden es bien recibido -desde cirujanos vasculares a el mundo del ciclismo– con extrema simpatía.
