La 26ª Vuelta Cicloturista Internacional Gran Canaria-Costa Mogán ha cubierto su cuarta etapa y lo ha hecho cumpliendo un viejo sueño, visitar uno de los puntos más emblemáticos de la Isla de Gran Canaria, el Roque Nublo, lugar de culto y peregrinación desde épocas guanches.
Y este roque volcánico de 67 metros ha recibido la visita de los cicloturistas con agrado y orgullo. A pesar de la obsesión de las nubes por ocultar su presencia, el Roque Nublo ha sacado su indomable carácter y se ha dejado ver majestuoso junto a sus sempiternos compañeros, La Rana y El Fraile.
Han sido necesarios más de 5 millones de años y 26 ediciones de la Vuelta Cicloturista, para que ese gran anhelo de ver juntos al Roque Nublo y los cicloturistas se hiciera realidad. Esta propuesta estaba prevista para la edición de las bodas de Plata de la Vuelta, pero finalmente no se pudo realizar, de ahí el calificativo de: “La Deseada”. Hoy el sueño se ha hecho realidad.
Pero para llegar hasta aquí los ciclodeportistas de esta Vuelta, en un número sensiblemente inferior al de jornadas precedentes (el esfuerzo de La Titánica ha pasado factura a muchos), han tenido que superar 38,5 kilómetros de subida continua a la ida y descender otros 38,5 kilómetros a la vuelta.
A primera hora de la mañana, el pelotón cicloturista, partió rumbo al centro de la Isla. Desde el primer metro la carretera picaba hacia arriba, de forma suave al principio y más intensa metro a metro. El grupo permanecía compacto al paso de Mogán hasta llegar al Pie de La Cuesta. La rampas del único gran puerto de la jornada: el alto de la Cruz de San Antonio, calificado por algunos de los cicloturistas como el pequeño Stelvio, hizo estragos y rompió al pelotón en mil pedazos, lo que llevó a la organización a realizar un reagrupamiento en la cima del puerto.
Ya todos juntos, se reemprendió la marcha. La carretera dio un pequeño respiro a los cicloturistas hasta llegar a Ayacata, donde un giro de 90º orientó al pelotón multicolor hacia una nueva subida que desembocó en la base del Roque Nublo.
Y a los pies de este mágico lugar tuvo lugar el control de avituallamiento. Bajo la atenta mirada del Roque Nublo se procedió a homenajear a algunos de los componentes de este pelotón cicloturista. Recibieron su maillot acreditativo el valenciano Pedro Muñoz, el toledano Luis Ortega, el egarensense Jordi Escursell, los madrileños Juan Pablo Martín y Jesús García y el británico Willian Josep.
Lo duro de la jornada estaba hecho, solo restaba dejarse caer hasta la llegada. La vuelta se hizo veloz y casi sin dar pedales el pelotón llegó a la meta. Desde hoy el Roque Nublo ya forma parte de la historia de La Cicloturista.
ETAPA DE MAÑANA
Mañana viernes se cubrirá la etapa más larga de la Vuelta, casi 100 kilómetros, y sin embargo sobre el papel la más sencilla. Un recorrido paralelo a la costa que llevará al pelotón ciclista hasta Vecindario, donde está fijado el ecuador de la jornada.
Será una jornada propicia para recuperar fuerzas tras las etapas anteriores y en espera de la Escalada al Pico de Las Nieves del día siguiente. Con esta etapa se pondrá el punto final a la Vuelta 2014.
Prensa La Cicloturista