Las fat bikes, o bicicletas de rueda ancha, son cada vez más habituales. Con un ancho de rueda que oscila entre 75 y 120 mm, esta última evolución ha abierto nuevos terrenos para los amantes del ciclismo.
El hecho de tener un cuadro robusto y unas ruedas tan gruesas les permite circular por caminos nevados y por superficies embarradas o arenosas que una bicicleta estándar no puede recorrer. En este artículo, analizamos las características de las fat bikes y explicamos por qué se ha disparado su popularidad.
Comodidad y versatilidad
Las ruedas anchas ofrecen una comodidad inigualable en terrenos off-road debido a su mayor volumen de aire, que ayuda a amortiguar los impactos de forma natural y ofrece una circulación más fluida. Esta versatilidad la ha convertido en la bicicleta de referencia para aquellos que practican el bike camping, ya que el remolque se conecta fácilmente a la fat bike y permite disfrutar de una gran libertad. De esta manera, puedes descubrir lugares nuevos sin necesidad de usar un coche o buscar alojamiento.
Los remolques para bicicleta son cómodos y espaciosos y ofrecen un espacio ideal para relajarse y descansar después de pedalear durante todo el día. Algunos incluyen placas solares para poder cargar dispositivos electrónicos, lo que te permitirá consultar las redes sociales, leer las últimas noticias o jugar a juegos de casino online al final de la jornada.
Mayor tracción y estabilidad
En comparación con el resto de las bicicletas del mercado, las fat bikes ofrecen una mejor tracción debido a la baja presión de las ruedas. Los neumáticos de las bicicletas estándar presentan una presión de entre 32 y 40 psi. En cambio, las ruedas de las fat bikes promedian una presión de 20 psi, aunque pueden llegar hasta 10-13 psi. Esta presión tan baja permite que las bicicletas se agarren más al terreno y tengan mayor contacto con el suelo, lo que se traduce en un mejor equilibrio y control y facilita la circulación por superficies deslizantes y poco firmes, como pueden ser la nieve o la arena de la playa.
Además, las fat bikes presentan unos platos más pequeños, de unos 28 dientes, mientras que los de las bicicletas de montaña normales suelen tener 32-34 dientes. Este menor tamaño de los platos compensa la mayor resistencia que se experimenta al subir cuestas o circular por terrenos complicados, lo que contribuye a ofrecer una mayor estabilidad. La geometría general de las fat bikes busca una menor agresividad del ciclista, con un manejo que privilegia menores velocidades para aumentar la maniobrabilidad y el control.
Menor mantenimiento y mayor vida útil
Estas bicicletas presentan una construcción más sólida y deportiva que las bicicletas estándar y sus ruedas están sujetas a un menor desgaste debido a su baja presión. Además, están diseñadas para ser más resistentes en condiciones duras, en terrenos complicados o en caminos pedregosos. Elijas la aventura que elijas, te resultará menos necesario visitar al mecánico debido al menor mantenimiento que requieren las fat bikes.
Cómo elegir una fat bike
Aunque el término fat bike se refiere a una clase de bicicleta específica, existen múltiples opciones diferentes dentro de esta categoría. Hay fat bikes de diferentes tipos, opciones y estilos. Para elegir la fat bike que mejor se adapta a tus necesidades, deberías tener en cuenta
los factores siguientes:
Tipo de actividad
El objetivo previsto de la fat bike te servirá como directriz a la hora de elegir el tamaño de las ruedas, el material del cuadro y la geometría general de la bicicleta. ¿La quieres para competir, para salir por la montaña, para recorrer grandes distancias o para salir de expedición varios días? Identificar tus objetivos será clave para encontrar tu fat bike ideal.
Material del cuadro
El material del cuadro influye en la capacidad de manejo de la fat bike. Los cuadros de carbono, los más ligeros del mercado, ofrecen una mejor respuesta de la bicicleta y compensan el mayor peso de las ruedas, lo que facilita el control y el manejo.
Los cuadros de titanio, por su parte, tienen un peso medio, pero son más resistentes que los de carbono, lo que garantiza una mayor durabilidad. Además, son resistentes a la corrosión y también ofrecen un manejo cómodo.
Los cuadros de acero son los más pesados. Este mayor peso permite que la bicicleta sea más estable, lo cual es ideal para principiantes. Ahora bien, ello provoca que la bicicleta sea menos ágil y requiera un mayor esfuerzo a la hora de maniobrar.
Es importante tener en cuenta que el material del cuadro influye mucho en el precio de la bicicleta. Las de carbono suelen ser mucho más caras que las de acero, por ejemplo.
El factor Q
El factor Q es la distancia que existe entre una pierna y la otra a la hora de pedalear. Esta distancia influye en la alineación y la comodidad de la cadera, las rodillas y los tobillos. Las fat bikes presentan un factor Q más alto que otras bicicletas, ya que deben dejar espacio a las ruedas anchas y evitar cualquier interferencia con los pies del ciclista.
Sin embargo, es muy importante que el factor Q no sea demasiado alto, ya que puede complicar el pedaleo y propiciar una conducción incómoda, sobre todo en terrenos irregulares y en distancias largas. La mayoría de los modelos de fat bike intentan optimizar el factor Q, equilibrando la necesidad de espacio de las ruedas con una posición de pedaleo cómoda y natural.
El auge de popularidad de las fat bikes no responde solo a una moda pasajera. Hablamos de una versión mejorada de la bicicleta que ofrece múltiples ventajas: comodidad y versatilidad en diferentes terrenos, mayor tracción y estabilidad, menor mantenimiento y mayor vida útil. Las fat bikes son ideales para los amantes del off-road, para quienes salen a pedalear aunque haga mal tiempo, para los entusiastas del fitness e incluso para los ciclistas con sobrepeso.