El tren que se llevó por delante a toda una carrera

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Con el cuerpo en Jerez, pero con los ojos puestos en el Valenciaga y en Zamora, una oreja pendiente de Valladolid y la otra de Montemayor, tardé muchas horas en enterarme de lo que había sucedido en Roubaix, tanto en lo deportivo, con la victoria de Degenkolb, como en lo extradeportivo, con ese penoso incidente de los corredores saltándose un paso a nivel cerrado, una de las imágenes menos edificantes de este deporte que he visto en mucho tiempo, a pesar de que ha quedado como poco más que una simple anécdota. De ahí que no ‘saltase’ en Twitter.

Normalmente los ciclistas son siempre los grandes perjudicados de los errores de terceros en el ciclismo –sin ir más lejos, el absurdo e injustificable accidente de la llegada de Bilbao-. Pero ayer tuve una vez más la certeza de que muchos corredores desconocen gravemente el reglamento. Es cierto que esto no es el fútbol o el baloncesto, que son unas pocas normas y fáciles de asumir; pero es triste porque con un conocimiento reglamentario de lo que es un paso a nivel no se habría producido ese incidente.

Y es que el artículo 2.3.034 del Reglamento UCI dice claramente que “está terminantemente prohibido atravesar un paso a nivel cuando las barreras están cerradas. Al margen de la sanción penal prevista por la ley, los corredores que no respeten esta prohibición serán expulsados de competición por los comisarios”. Sin embargo, incomprensiblemente no hubo ni una sola expulsión, a pesar de que existía el procedente de 2006 cuando tres corredores que perseguían a Cancellara (Hoste, Gusev y Van Petegem), atravesaron un paso a nivel a una decena de kilómetros de meta y fueron expulsados.

Triste es comprobar que haya sido la SNCF –la Renfe francesa- quien haya sido más beligerante con dicho comportamiento: “Millones de telespectadores pudieron constatar en directo esta infracción extremadamente grave e irresponsable que habría podido ser trágica (…). Tales comportamientos con como mínimo merecedores de una sanción penal”, para precisar que este tipo de infracciones causaron la muerte de 29 personas en 2014. De hecho, parece ser que ya han presentado una denuncia, aunque sin especificar contra quien.

Los pasos a nivel son cada vez menos frecuentes en nuestras carreteras, pero “haberlos, haylos” y su posible incidencia en el desarrollo de una prueba debe ser tenida en cuenta. Personalmente pienso que el reglamento es bastante justo en la interpretación de estas distintas circunstancias, según se expresa en el artículo 2.3.035, que también es de aplicación ante cualquier otra ‘interceptación’ de la calzada, como puede ser un accidente de coche que bloquee la ruta o la caída de un árbol.

  1. Uno o varios corredores escapados son detenidos en el paso a nivel, pero éste se abre antes de la llegada del perseguidor o perseguidores. No se toma ninguna decisión y se considera el cierre del paso a nivel como un incidente de carrera.
  2. Uno o más corredores escapados con más de 30 segundos de ventaja son detenidos en el paso a nivel y el perseguidor o perseguidores alcanzan a los escapados en el paso todavía cerrado. En este caso, se neutraliza la carrera y se da una nueva salida con las mismas diferencias después de hacer pasar a los vehículos oficiales que precedían a la carrera. Si la ventaja es inferior a 30 segundos, el cierre del paso a nivel es considerado como un incidente de carrera.
  3. Si uno o más corredores cruzan el paso a nivel antes de que se cierre y el perseguidor o perseguidores son bloqueados por el mismo, no se toma ninguna decisión y el cierre del paso a nivel es considerado como un incidente de carrera.
  4. Toda situación excepcional (paso a nivel cerrado durante mucho tiempo, etc.) será resuelta por los comisarios.

Sin embargo, la situación del domingo fue excepcional, y no deja de ser muy extraña la interpretación que dio ASO al incidente: si se da como válido el paso de las barreras por parte de los primeros corredores, se debería haber mantenido la ventaja que lograron; si no, expulsión pura y dura. La detención y neutralización de los corredores que se saltaron el paso a nivel es desde mi punto de vista tremendamente justa al haberse producido irregularmente, pero no muy claro desde el punto de vista reglamentario.

Hay que tener en cuenta también que con una escapada con varios minutos por delante a la que no le influyó en nada, y con 85 kilómetros aún hasta meta, no estaba claro que pudieran beneficiarse de esta infracción, de esta irresponsabilidad. Por mucho que la ‘querencia’ del ciclista sea un siempre adelante.

Los corredores esperando el paso del TGV

Los corredores esperando el paso del TGV

Conocer los horarios de paso

La UCI recomienda en su ‘Guía del organizador’ que no haya pasos a nivel en los últimos veinte kilómetros, así como en las contrarrelojes, pero sin prohibirlos en el reglamento. No obstante, es el organizador el primer interesado en que un paso a nivel no falsee el resultado de su carrera o provoque un incidente tan lamentable.

Por ello, todo organizador procura evitar los pasos a nivel. Pero si no tiene más remedio que incluirlos en un recorrido, conoce perfectamente los horarios de paso y si van a afectar al desarrollo de la carrera o no. Y en el caso de que pudiera hacerlo, suele coordinarse con el equipo arbitral para que el posible cierre de barreras pueda afrontarse conforme a reglamento, de cara a toma de diferencias y posibles neutralizaciones. Por todo esto, me resulta incomprensible que una entidad como ASO pudiera verse afectada de forma tan sorpresiva como sorprendente por el cierre de un paso a nivel. Pero también hay que tener en cuenta que en las imágenes no se ve que haya un coche arbitral inmediatamente delante del grupo que pudiera haber tomado la decisión.

Más grave aún es la explicación oficial de que “el pelotón estaba a diez metros cuando las barreras comenzaron a cerrarse, por lo que no fue posible parar a los corredores de cabeza en las condiciones de seguridad suficiente”. ¿Era más seguro, entonces, pasar cuando se aproximaba un tren a doscientos kilómetros por hora? ¿Por qué pasaron algunos ciclistas esquivando las barreras ya totalmente cerradas –alguno se topó con ellas, incluso, lo que no fue óbice para seguir- o incluso después de haber parado? Tampoco me explico cómo el motorista de la ‘gendarmerie’ no actuó de una forma más contundente, incluso atravesando su moto en la ruta, para evitar un comportamiento que, aparte de lo deportivo, es sancionable penalmente. Me cuesta imaginarme a la Guardia Civil de Tráfico actuando con semejante tibieza.

Recuerdo que cuando organizábamos la Clásica a los Puertos de Guadarrama, el problema del paso a nivel del ferrocarril de vía estrecha de Cercedilla a Cotos se resolvía, si afectaba al desarrollo de la carrera… parando al tren. Una solución atípica, desde luego, pero que creo que la todopoderosa ASO no puede descartar en una carrera del nivel de la París-Roubaix. Todo, menos volver a ver esas tristes imágenes.

Uluru, el blog de Luis Román-Mendoza

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