Todo el mundo habla maravillas del Uno-X, pero el Tour de Francia ha escogido los equipos franceses en una decisión que podrá ser lo discutible que queramos, pero que viene muy bien argumentada de lejos.
Pero vayamos por el principio, en este inicio de temporada, varios equipos han marcado terreno desde el kilómetro cero. Acuciados por los puntos para el World Tour, Arkéa, Lotto y Wanty, que es la nueva máquina de ganar, han salido a full, para justificar numéricamente su permanencia en la gran división.
El Uno-X no está en esa guerra, pero lo pareciera, si bien su debut de campaña bien pudiera ir para los organizadores del Tour de Francia. Han ganado cinco veces en un mes escaso, sí, bien, de acuerdo, en vueltas menores, pero son las que se han celebrado hasta la fecha. De esas cinco victorias, yo destacaría la de Oman y la de la Estrella de Bessèges, por parte de su estrella Tobias Johannessen, el verdugo de Carlos Rodríguez en el Avenir y que levanta pasiones por donde pasa.
Pero no es sólo eso, el Uno-X es un equipo que, como el Kern Pharma, se gana las simpatías en la carretera, sacando de la nada fugas, cortes y presencia en carrera, estando entre los mejores, sin complejos, construyendo marca. Y no es sencillo brillar en su caso. Hablamos de un equipo con aspiraciones de algo grande de 29 ciclistas entre noruegos y daneses cuya media de edad va por los 24 años y medio y trece de sus ciclistas están por debajo de esa franja.