Redacción / Ciclo 21
«A veces parece que si no rindes en tu primera temporada como profesional, ya no lo vas a hacer nunca. Y es genial que veamos grandes talentos con 20 o 21 años, pero hay casos en los que el crecimiento va a otro ritmo”. Quien habla es Iñigo Elosegui (1998, Zierbena), un ciclista que ha hecho de la paciencia su mayor aliada. Tres campañas como profesional en el Movistar Team, con momentos dulces pero también sinsabores, sirven al vizcaíno como bagaje para su llegada al Equipo Kern Pharma. Un fichaje que, para él, es “una vuelta a casa”.
El ciclista vasco decidió apostar por retornar a la estructura de la Asociación Deportiva Galibier porque así se lo marcaba el corazón. El pasado junio, su incorporación comenzó a fraguarse. Su tiempo como amateur en el Equipo Lizarte, en las campañas 2018 y 2019, brilla aún en la memoria de un corredor que por aquel entonces se ganaba a pulso una oportunidad en la élite con victorias de prestigio y destellos de calidad. “Esta casa es en la que mejor me he sentido, en la que más he rendido y creía que era el momento perfecto para regresar. Ha sido una decisión fácil porque necesitaba un revulsivo así en mi trayectoria”, señala Elosegui.
Considerado un todoterreno, con gusto por las cabalgadas y los kilometrajes largos, hombre de esfuerzos prolongados y concatenados, con sello de fondista, Elosegui prefiere quedarse con la inercia positiva de sus últimos meses en Movistar Team antes que con los complicados inicios que vivió en la estructura telefónica. El COVID-19 y sus consecuencias, las lesiones inoportunas… son agua pasada. “Superar todos esos problemas previos ha supuesto un enorme aprendizaje en el plano psicológico. Me ha servido para endurecerme al afrontar situaciones duras. Y el nivel de ilusión con el que llego al Equipo Kern Pharma es increíble”, narra el vasco.
Consciente de las expectativas que puede generar su incorporación, Elosegui sabe apaciguar el ruido. Su experiencia en estas tres temporadas le ha enseñado a no dejarse llevar por las prisas. “Entiendo que la visión actual del ciclismo haya cambiado y que todo el mundo espere que un amateur que destaca sea capaz de arrasar desde que compite en la élite. Pero cada uno elige el camino que quiere seguir y el mío lo tengo claro. Las carreras deportivas son una prueba de fondo y tengo todavía mucho que ofrecer”, expresa el ciclista vizcaíno.
De cara al 2023, espera “poder definir mejor el tipo de ciclista que puede llegar a ser”. Es Elosegui un hombre que no rehúye de la búsqueda y la mejora continua, no solo en el plano deportivo, sino también en el intelectual. “Se dice sobre mí que tengo muchas inquietudes más allá de la bicicleta y yo siempre digo que me gusta alimentar mi curiosidad. Necesito hacerlo porque necesito retos”, destaca. Su pasión por los libros o la cultura japonesa son solo dos muestras de esa voluntad para aprender y crecer como deportista y como persona.
Haber compartido pelotón con los que ahora van a ser sus nuevos compañeros, de los que muchos ya lo fueron en el Equipo Lizarte, le ha hecho ver a Elosegui que el Equipo Kern Pharma es una buena nave a la que subirse. “Veo a la formación en un momento increíble, con gente muy joven que crece día a día, que se curte en carreras de primer nivel y de la que los directores deportivos sacan lo mejor. Eso se contagia y estoy seguro de que va a ser buenísimo para mi aterrizaje”, asegura.
Para Manolo Azcona, presidente de la Asociación Deportiva Galibier y un hombre que conoce al dedillo a Elosegui, la llegada del vizcaíno va a ser también una catapulta de ilusión dentro del Equipo Kern Pharma. ”Le hemos visto hacer cosas increíbles en su etapa amateur y su regreso es una alegría para todos. Estamos convencidos de que va a poder demostrar toda la calidad que lleva dentro. Es un corredorazo y si el físico le respeta caminará muchísimo”, afirma. El hombre paciente está de vuelta en casa y ha venido para sumar.