Para Enric Mas, la Vuelta a España está más cerca que nunca
Dijimos hace un tiempo que el famoso documental de Movistar en Netflix es imposible no querer a Enric Mas, estos días en la arena de la Vuelta, al menos no tomarle cierto aprecio.
El balear es un sin vivir por el rendimiento, por lo que hace bien y mal, por la percepción de los demás, es tierno, ansioso, le sobrepasan las ganas de hacerlo bien y destacar, cuando la carrera le sonríe, él esboza una tímida muesca de alegría, cuando es al revés no sabe ocultar la decepción.
Esta descripción se cincela en medio de un serial que no deja muy bien al equipo, precisamente, todo presa de la improvisación y el momento.
Hace menos días, en la antesala de la Vuelta, nos preguntamos por cómo correría Enric Mas la Vuelta, como un ciclista importante, cosa que nunca hemos dudado que lo es, o como un capo, un aspirante top a la victoria.
Y tras esa pregunta, vino otra, ¿debía Enric Mas seguir apostando su suerte a una gran vuelta? Nosotros nos decantamos por contemplar otras opciones, que ganar una grande era algo que estaba al alcance de muy pocos, pero que por medio había una escala de grises a la que aspirar y también daba brillo.
Una semana y pico después, admitimos que Enric Mas nos ha cerrado la boca, en parte, pues quedan dos tercios de carrera.
Sin embargo, a nadie se le escapa la sólida carrera que ha planteado el líder de Movistar, limitando la pérdida en la crono inicial y lo que es más importante, poniendo coto al goteo de segundos que le costaba cada final en alto con Roglic el año pasado en las primeras etapas.