La verdad, no esperaba ver a Mikel Landa tan arriba en esta Tirreno que empezó con una crono desastrosa, ni tampoco a Enric Mas, a quien le creía más perjudicado por los efectos del Covid.
¿Qué cabe más en el corazón del buen aficionado al ciclismo? ¿La fe inquebrantable en Mikel Landa o el deseo de ver a Enric Mas tomar riesgos? En la subida al Monte Carpegna, la Tirreno tocó techo y los dos estuvieron entre los mejores.
Pero no sólo eso, en la ascensión que se llena de fotos, recuerdos y carteles de Marco Pantani, los dos fueron punta de lanza de una carrera seleccionadísima, en la que ni siquiera Remco Evenepoel tuvo suficiente para aguantar el primer golpe.
Durante la semana Landa intentó estar en el corte que provocaron Pogacar y Soler en un sprint intermedio, pero no tuvo suficiente para irse con Tao. A Enric Mas, no se le había visto nada más que en una crono, otra, para olvidar.
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