La muerte del belga Kristof Goddaert el pasado día 18 de febrero cuando fue atropellado tras sufrir una caída mientras entrenaba en las calles de Amberes ha vuelto a conmocionar al mundillo ciclista. En Ciclo 21 nos hemos hecho eco en muchas –demasiadas– ocasiones de accidentes mortales con ciclistas anónimos como tristes protagonistas, pero cuando la desgracia sobreviene a un corredor profesional el efecto de la noticia se multiplica de manera exponencial aunque, como en este caso, se trate de un modesto del pelotón.
Goddaert nos ha dejado con solo 27 años tras un accidente que en Amberes, una ciudad que siempre ha mantenido el tranvía como método de transporte, es muy común. La rueda de la bici se mete en el raíl del mismo y el corredor cae al suelo casi sin remedio. Casi todos los que hemos vivido parte de nuestra vida en esa ciudad hemos tenido una experiencia similar. Pero, la mala suerte quiso que un autobús circulara justo detrás de él y no tuviera tiempo de frenar. El atropello, por desgracia, fue mortal.
Sea como fuere, el fallecimiento del compañero de Vicente Reynés en el IAM suizo nos ha devuelto a la cruda realidad de una profesión, la de ciclista, que tiene incluso más riesgos durante los entrenamientos fuera de competición que cuando se baja un puerto de montaña con el piso mojado a casi 80 kilómetros por hora. Los catastrofistas se preguntan si llegará el momento en el que el corredor deba de encerrarse en un circuito cerrado para entrenar. Y eso, en un país como Bélgica, donde el ciclista es una especie protegida dentro de la jungla del tráfico.
Marc Wauters, que fuera ciclista profesional entre 1991 y 2006 (ganador de la París-Tours de 1999 y del Campeonato de Bélgica de CRI en 2002, 2003 y 2005) ya ha dado el paso y ha creado un lugar donde profesionales y aficionados pueden entrenar o disfrutar de la bicicleta sin el peligro de encontrarse con el tráfico rodado.
“Como profesional, pedaleas unos 35.000 kilómetros al año por carretera. En ese tiempo te encuentras casi de todo. Desde el momento en el que sales a la carretera, sabes que hay riesgos acechando”, comenta Wauters. “Si, además, entra en juego la mala suerte como en el caso de Goddaert, podemos encontrarnos con consecuencias mortales”.
Wauters añade que “los profesionales son muy hábiles sobre la bicicleta, pero siempre puede suceder algo. Durante mis años de profesional, en más de una ocasión, he pensado ‘vaya, aquí he tenido mucha suerte’. Por el mismo precio podría haber tenido accidentes muy graves y con consecuencias dramáticas”.
Wauters habla de su experiencia en Bélgica, un país plagado de carriles-bici en los que siempre tiene prioridad el ciclista, algo que el conductor medio tiene metido en su ADN. Pese a ello, el ex corredor asegura que “he visto cómo todo ha ido evolucionando. Desde que era niño hasta ahora. Hoy en día todos vivimos pegados al reloj y queremos movernos lo más rápido posible de un punto a otro en el coche”. Eso se une a un empeoramiento, según su punto de vista, de la calidad de esos carriles-bici a los que hacíamos referencia ya que “antes podías entrenar en ellos en una grupeta de cuatro u ocho corredores. Hoy, con tantas rotondas eso ha cambiado. Es mucho más complicado. Se han hecho muchos carriles-bici nuevos, pero algunos de ellos no están bien hechos. Como profesional que tiene la necesidad de entrenar, acabas rodando por la carretera. El problema es que como profesional vas bastante más rápido que un ciclista normal y eso aumenta el peligro, porque el conductor no siempre ve el peligro. En un cruce pensará que le da tiempo a salir, pero como vamos más rápidos que un corredor normal no siempre es el caso y se producen situaciones de peligro”.
Por todo ello, Marc Wauters ha puesto en marcha en Zolder un circuito cerrado donde profesionales y aficionados pueden rodar sin ningún tipo de peligro –aparte de las caídas normales que cada uno pueda sufrir–. “Cada martes, miércoles y jueves por la tarde, entre las 18:15 y las 21:30 se puede entrenar aquí. El circuito está cerrado al tráfico e iluminado. No es infrecuente que se junten en el circuito unos 700 ciclistas, por lo que podemos considerar que la iniciativa es todo un éxito”. El Circuit de la Comunitat Valenciana-Ricard Tormo en Cheste también ofrece sesiones de entrenamiento ciclistas.
19 años de un accidente trágico en Colombia
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