El sueño de todos los corredores del pelotón aficionado es alcanzar el profesionalismo y el caso de Alex Martín no es excepcional. Disputar un Tour, un Giro o una Vuelta, acaso uno de los cinco Monumentos, sería todo un objetivo cumplido. Martín, corredor que encara su segundo año en la categoría sub23, tiene un gran futuro por delante.
En su primer año en la categoría ya dejó muestras de calidad, con muy buenas actuaciones en dos pruebas de gran nivel y no poca exigencia como la Bidasoa Itzulia o la Vuelta a Navarra. Y esta temporada 2020 la inició con una gran actuación en el Circuito del Guadiana que le valió el liderato provisional de la Copa de España en la categoría sub23. Una fuerte caída en el Trofeo Guerrita, una semana después, le privó de sumar puntos. Y el aplazamiento de todas las competiciones deportivas debido a la pandemia del coronavirus ha frenado toda competición.
De Álex Martín ya se intuye su valía, pero en estos días de incertidumbres y emergencias sanitarias queremos aprovechar para proponer un acercamiento más simpático, más amable, a su cada vez más lejana faceta interpretativa. Y es que de niño el catalán participó en varios anuncios televisivos y también hizo una incursión en el cine.
“Todo empezó cuando tenía cinco o seis años. Mi hermana Sara hacía teatro y en algún momento comenzó a participar en anuncios. Yo también quise probar. Así que poco a poco empecé a entrar en el mundillo con algún casting. Y desde ahí, me fueron llamando para hacer algunas cosas”, recuerda Martín. “La verdad es que sí que me gustaba, me lo pasaba muy bien con los demás niños rodando. Aunque también es cierto que a veces se hacía duro, porque había tomas que se repetían muchísimas veces”.
El ciclista de Premià de Mar participó en spots de importantes compañías del sector de los hipermercados, empresas lácteas, medicamentos o incluso chocolates. En el mundo del cine tuvo su gran momento en la película El gran Vázquez, dirigida por el director barcelonés Óscar Aibar y estrenada en septiembre de 2010. “Solo salía en una escena, junto a Santiago Segura, pero hacía de su hijo”, sonríe.
Ya a partir de 2011 Álex Martín comenzó a practica el ciclismo con la evolución que le ha llevado hasta la estructura sub23 de la Fundación Alberto Contador. Primero en el mountain bike, un mundo donde intensificó su compromiso desde 2012 sacándose su primera licencia competitiva. Posteriormente acabaría probando la bici de carretera, alternando ambas modalidades y evolucionando mucho de la mano del Club Ciclista Mollet. “Uno de los últimos anuncios que hice fue para una marca de chocolates. A partir de ahí me dejaron de gustar durante una buena temporada las chocolatinas lo que me comí allí durante el rodaje y lo que comí después, con las cajas que nos regalaron”, bromea.
En 2017, tras pasar por el Campus de Selección siendo júnior de primer año, fue elegido para ingresar en el equipo dirigido por Guillermo Gutiérrez. Y en 2018 firmó una notable temporada con victorias en la general final de la Vuelta al Besaya, el Tour de l´Ain o la Challenge a Talavera de la Reina, además de muchos otros éxitos parciales.