La ilusión del quinto Tour de Froome no se corresponde con lo que vemos. Para Chris Froome la mayor de nuestras admiraciones, para él y los suyos, que siguen, pertinaces, creyendo que es posible, que está en el radar, que puede caer el quinto Tour. Es de admirar, de verdad lo decimos
En el UAE Tour, mientras Ineos Grenadiers ponía el ritmo para Adam Yates, Froome se caía del grupo principal, curiosamente acompañado de una de sus «manos derechas», Wout Poels, en los buenos años del Team Sky.
Ver a Froome quedarse de los grupos, antes incluso que empiece la batalla, es desalentador, de puertas hacia a afuera para quienes, como en este «mal anillado cuaderno», nos gustaría verle en el big five, en el club de quíntuples ganadores del Tour.
Leemos su entrevista en The Guardian y esa admiración vuelve a florecer de entre las letras y cada párrafo. Afirma Froome que le inspiran las historias como Tom Brady, el siete veces ganador de la Super Bowl con más de cuarenta años, para ver que él es capaz de ganar un quinto Tour.
«Estoy tan cerca» implora contando sus cuatro victorias que le sitúan en tierra de nadie, sólo está él en ese nivel. Está cerca en la estadística, pero creo que lejos, muy lejos, en la realidad.
Compite contra sí mismo en una recuperación que Oscar Guerrero, técnico en el Israel, describió como la ideal, pero a nadie se le escapada que no está solo en esta escalada.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor