A pesar de sus ocupaciones laborales y de su función como seleccionador de Venezuela –en este caso, con muchos altibajos, aunque en ningún caso atribuibles a él- José Antonio Escuredo pudo hacer un hueco y escaparse a Manchester, donde estos días se disputa el Mundial master de pista, que por cierto cumple diez años, y cada vez con más nivel. “Como empiece a pasar como en los tandems, cualquier día se presenta Hoy, que además lo tiene cerca”, bromea el gerundense.
Era la segunda vez que afrontaba este evento y, como en 2012, el resultado ha sido el mismo, ya que se proclamaba anoche campeón del mundo de velocidad, en el grupo de edad de 40-44 años, derrotando al letón Ainars Kiksis, excampeón del mundo junior, antiguo subcampeón del mundo de keirin… y ‘arco iris’ vigente.
Como entonces, el objetivo no era el título, sino probar en persona sus métodos de entrenamiento, sus «experimentos» como los denomina. Y poder marcar 10-414 en la clasificatoria con 44 ‘tacos’ dice mucho de sus métodos, “aunque esperaba hacer 10-2 o menos. Pero a los ‘viejos’ no nos ponen la misma temperatura que en las Copas del Mundo y con 19 grados la pista estaba fría para hacer marca”.
Tras ir superando series, se las veía en la final con Kiksis, “que es más especialista en velocidad que yo, por lo que no las tenía todas conmigo”. No obstante, Escuredo le superaba en dos competidas series y conseguía el título de campeón del mundo, ese que no pudo conseguir como élite, aunque se quedó tres veces a las puertas con sendas medallas de plata, y otra más en los JJ.OO. de Atenas 2004.
El ya bicampeón del mundo llega este mediodía a Girona, para continuar desarrollando el trabajo que lleva estos días con corredores venezolanos. Pero, como escribí en 2012, lo importante no es el ‘arco iris’ que trae debajo del brazo sino demostrar que todavía tiene mucho que aportar en este mundo de la velocidad.
Foto tomada de www.cyclingmasters.com, web oficial del evento