Con la disputa del Gran Premio Ayuntamiento de León terminaba el sábado la Copa de España… y empezaba una nueva fase en la vida deportiva de Eukene Larrarte, la fondista española que estuvo luchando hasta el final por clasificar el ómnium femenino para París 2024, aunque al final el resultado no fue el deseado. Por cierto, en la carrera leonesa terminaba como tercera clasificada élite, como aparece en la imagen adjunta, aunque reconoce que “en realidad lo que cuenta es el séptimo puesto conjunto”.
Han pasado tres meses desde aquel momento en Milton en el que se plasmó que no estaría en los Juegos, un periodo de reflexión, de descanso y, sobre todo, de eliminar todo lo negativo acumulado, esa presión sufrida que, al final, se le volvió en contra. “Necesitaba una desconexión. Toda la situación vivida en esos dos años, fue un torbellino. Y muy negativo para mí. Una presión que me afectó mentalmente, pero también físicamente. Tenía que descansar, que desconectar, que replantearme las cosas”.
Un periodo en el que la prioridad pasaron a ser los estudios. “Sólo me quedaba el trabajo de fin de grado, algo que me motivaba muchísimo, no sólo por el tema que tenía que desarrollar, que me encantaba, sino por lo que significaba para mí terminar la carrera. En estos siete años he compaginado las dos cosas y estar en los Juegos era importante, pero mis estudios también. Y es algo de lo que me siento muy orgullosa, de haber terminado y quiero compartir y que sirva de ejemplo para que otras ciclistas se animen a seguir estudiando, a no centrarse sólo en la bicicleta, porque merece la pena”. Y obviamente el ‘nueve’ conseguido lo dice todo.
“No perder el gusto por la bicicleta me pareció súper importante”
Pese a todo, Larrarte no abandonó la bicicleta en este tiempo. “Fueron ocho días sin bicicleta. Pero en el fondo eres una deportista, una ciclista, y en cuanto tuve ocasión me subía al monte. El hecho de no perder el gusto a la bicicleta me pareció súper importante, saber que todavía me gustaba salir en bici. Eso sí, si se ponía a llover me daba la vuelta y para casa. No como cuando tenía que hacer por obligación un entrenamiento. Fue un poco una vuelta a los orígenes, y eso es lo que quiero vivir ahora”.
Más tardó en volver a los entrenamientos. “Mi psicóloga me dijo que no volviese hasta que terminase el trabajo, que esa fuese mi prioridad. Y le hice caso, aunque cada vez me picaba más el gusanillo. Ahora ya llevo tres semanas de entrenamiento y sé que no estoy en forma, pero en León me defendí. Curiosamente lo que más noté es que me faltaba la explosividad y el cambio de ritmo que me da la pista. Me costaba mucho no tener esa chispa que normalmente siempre he tenido”.
Donde no ha entrenado aún es en el velódromo. “Posiblemente regrese esta misma semana, pero aún no lo sé. Y no sé qué voy a sentir, ya que emocionalmente será algo complicado. Después de Milton, mi primera sensación fue la de alivio, porque todo había acabado, aunque no fuese como a mi me hubiera gustado. Pero está claro que es algo que me duele todavía”.
Pese a todo, el plan de competiciones para los próximos meses está ahí, y además bastante intenso. “Regresaré en Présov, luego en Chequia, iré a Lyon y terminaré esta fase en Barcelona. Como decía, es también volver a mis orígenes, a hacer esas pruebas con el equipo que siempre me ha gustado correr, y en las que he competido sin presión. En principio iré con mi compañera Naya Mangas, con la que correré alguna madison”.
“Desde Milton, la Federación no se ha puesto en contacto conmigo”
El objetivo, claro está, es el Mundial. Y los requisitos los cumple con creces, aunque no sabe qué criterios tendrán en la selección. “No sé qué planes tienen porque desde Milton nadie de la Federación se ha puesto en contacto conmigo. Pero está claro, que, aunque lo haga para disfrutar, soy súper combativa. Voy a entrenar duro y recuperar las sensaciones, aunque sin obsesionarme con el Mundial, porque es algo que no depende de mí. Pero creo que tampoco tengo que demostrar nada”.
Por cierto, la ciclista vasca quiere aprovechar para “felicitar a las corredoras que han buen papel han tenido en este Europeo. Para mí es una alegría, porque tengo un trato no sólo como compañeras, sino como amigas. Y sinceramente me da fuerzas y me motiva competir contra gente que es campeona de Europa. Y por supuesto también para los chicos”.
La guipuzcoana también tiene otra espinita, fichar por un equipo de carretera. “Estoy buscando un equipo, aunque la situación para el año que viene en España no es demasiado optimista con las nuevas normas. No descarto correr en el extranjero porque como siempre he dicho, el calendario en España es para escaladoras y yo no lo soy. Y ahora, que ya he terminado la Universidad, tengo menos cosas que me aten en casa y no me importaría afrontar una aventura fuera”.