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Muchas veces se ha dicho que segundas partes nunca fueron buenas, pero la realidad, tozuda y empeñada en llevar la contraria al refranero, ha demostrado que eso no siempre es cierto. De lo que no cabe ninguna duda, y de ello era plenamente consciente Mikel Landa cuando se hizo cargo de la Fundación Esukadi hace ahora algo más de dos años, es que será muy complicado volver a situar al equipo vasco al altísimo nivel que estuvo en el pasado.
El ciclismo ha cambiado mucho desde aquella época y los presupuestos de los equipos más grandes del pelotón internacional se han disparado. Los requisitos para estar en el World Tour –no digamos, para batallar con la economía del Ineos– son prohibitivos y, por ello, conviene mantener los pies en el suelo y, haciéndole un favor a Landa y al resto de profesionales que empujan diariamente el proyecto de la Fundación, no medir sus éxitos o fracasos en base a la comparación constante con aquel Euskaltel-Euskadi de los años dorados.
Pero en ese objetivo, el alavés y los suyos se lo han puesto un poco más complicado a ellos mismos. Hoy, tal y como adelantaba el periodista Javi Gómez Peña en El Correo, la Fundación Esukadi ha presentado a su nuevo patrocinador y cambiará de nombre, que volverá a ser el de Eusklatel-Euskadi tras el regreso de la empresa de telecomunicaciones al equipo.
El acuerdo tiene una duración de cuatro años y la nueva-vieja imagen del equipo se estrenará con motivo de la próxima edición de la Itzulia.
