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Con la «10» albiceleste en San Juan © Deceuninck-Quick Step
Redacción / Ciclo 21
El Giro de Italia, cuyo final coincide con el inicio de la Vuelta a España, sigue creciendo en alicientes. Tras el anuncio del Movistar en llevar a Marc Soler como líder único, se le une la presencia de -entre otros- el dorsal 1, Richard Carapaz, veterano Vincenzo Nibali y el debut del prodigio belga Remco Evenepoel, quien a sus 20 años sigue siendo sincero, seguro de sus posibilidades y ambicioso. «Éxito total en el Giro… son grandes palabras. Como los Juegos Olímpicos no están en el calendario, decidimos apostar por el Giro con el objetivo de ver qué puedo hacer. Si me siento bien, intentaré luchar por la maglia rosa. Podría ser por unos días o hasta el último día, lo que sería muy bueno. Sea lo que sea, creemos que es posible».
Pase lo que pase el corredor del Deceuninck belga ya acumula más victorias que muchos cuando acabe el año tras sus éxitos en las generales finales de la Vuelta a San Juan argentina y la Volta al Algarve portuguesa, acreditando su polivalencia en la contrarreloj y la montaña, dos virtudes que tendrá que explotar en la Corsa Rosa que, de momento, no tiene lugar de salida tras la anulación de la partida húngara. «Es el año correcto para correr mi primera gran vuelta. El Giro de Italia ha sido un gran objetivo desde el invierno. El nuevo calendario hizo que fuera difícil elegir y perderme la Lieja-Bastoña-Lieja, pero el Giro es ideal para mi desarrollo como corredor. Es la mejor elección», explicó de nuevo Evenepoel en las páginas del diario deportivo La Gazzetta dello Sport.
Y el campeón europeo y subcampeón mundial contrarreloj advierte de que debutará aún más fuerte. «Estoy trabajando para que mi debut en las grandes vueltas sea algo especial. He hecho algunas pruebas en casa recientemente y hemos visto que mi potencia ha aumentado aún más. No estoy trabajando duro todavía porque el plan es llegar al pico de forma en el momento adecuado y quiero darlo todo en el Giro para poder hacerlo lo mejor posible».
Vencedor ya el año pasado la Clásica de San Sebastián y la Vuelta a Bélgica fue preguntado por los elogios de Alberto Contador sobre sus opciones. «Siempre ganó sus Grandes Giros yendo al ataque y tratando de lograr algo especial. No me gusta ir a la defensiva o ganar a la defensiva, me gusta arriesgarme. A veces pierdes, a veces ganas, pero cuando lo logras, es aún más satisfactorio. Tendrías que preguntarle a mis padres si levanté los brazos en el aire como señal de victoria cuando nací. Creo que siempre se puede trabajar para mejorar, pero si no se gana, es difícil mantener una mentalidad ganadora. Necesitas trabajar para tener éxito y necesitas el éxito para impulsarte. Se alimentan el uno del otro».
Habló de su confinamiento en casa de sus padres y los retos virtuales y reales como subir el Muro de Geraardsbergen 50 veces en un día. «Necesitaba algunos objetivos. Cuando se cancelaron todas las carreras, intenté mantenerme concentrado y organizar mi entrenamiento para no perder las emociones de competir de alguna manera. El hecho de que poder entrenar al aire libre, mientras que otros países estaban bloqueados fue una clara ventaja. Será más fácil para nosotros alcanzar la máxima forma. Ya he empezado a hacer algunos entrenamientos intensos y las señales son buenas. Pero creo que todo el mundo sabe cómo entrenar bien y cuidarse. También estamos a dos meses del inicio del WorldTour, así que la gente tiene tiempo para ponerse al día. Es como si estuviéramos en noviembre y la temporada comenzara en el Tour Down Under en enero».
Y expresó su opinión sobre los efectos del coronavirus -su compatriota Keukeleire enfermó– en su profesión. «Sólo creo que realmente conseguiremos el 100% como antes cuando haya una vacuna. Durante el próximo año más o menos, tendremos que seguir reglas precisas, como lo hacemos en el supermercado. Mucha gente ha muerto. Tenemos que tomar todas las precauciones necesarias».
