El sol, con ese color tan especial entre rojo y amarillo que ilumina el invierno del Mediterráneo, comienza a sumergirse en el mar más allá del horizonte. El Peñón de Ifach, seguramente la imagen más conocida de este enclave turístico español que es Calpe, surge desde las profundidades del mar hacia el cielo. Roca blanca. Calcárea. 332 metros de altura que dominan, majestuosos, la entrada del puerto pesquero de la ciudad. La vista desde la impresionante cristalera del salón del hotel es, sencillamente, espectacular. Varias decenas de jubilados, en su mayoría belgas, disfrutan de su cerveza vespertina contemplando el espectáculo de la puesta de sol. De entre todas esas cabelleras blancas llama la atención la menuda figura de un muchacho de negrísimo pelo rizado. A primera vista, uno diría que también se está deleitando con ese magnífico espectáculo que nos está regalando la naturaleza. Que su mente, al verlo, estará viajando a su Cerdeña natal. Me coloco detrás de él. A cierta distancia. Le observo por unos segundos y es cuando caigo en la cuenta de que su mirada está fija en la calle. Un piso por debajo de donde nos encontramos. Al lugar donde el camión azul celeste de su equipo está aparcado y varios mecánicos se afanan en limpiar y poner a punto las bicicletas con las que hasta hace sólo unos minutos él y sus compañeros han estado entrenando. Las mismas que usarán mañana. Y el resto de la temporada. Su mente, claro, no está pensando en la hermosura de esa puesta de sol tras el Peñón de Ifach. Tampoco está ocupada con ensoñaciones sardas. Su mente está en Francia. En otro sol. En otro calor. Al girarse, la concentración ha desaparecido y aparece la más amplia y, al menos en apariencia, sincera sonrisa del pelotón. Es Fabio Aru. Ganador de la Vuelta a España y, en estos momentos, la gran promesa del ciclismo italiano. El hombre llamado a tomar el relevo de Vincenzo Nibali en un país acostumbrado a contar siempre con ciclistas capaces de todo.
-Después de su triunfo del pasado año en la Vuelta a España, es lógico pensar que 2016 va a ser una temporada muy importante para usted, que da el salto para encabezar al Astana en el Tour de Francia.
-Sí, efectivamente hemos diseñado un calendario distinto al que hemos hecho otros años y eso es algo que me estimula mucho. Estoy muy contento porque a nivel de concentración el mes de diciembre ha sido mucho mejor que el del año pasado [cuando Astana se vio envuelto en la polémica de los positivos por EPO de dos corredores de su equipo Continental]. A pesar de haber tenido varios eventos con prensa, patrocinadores, carreras… he podido mantener mis entrenamientos siempre como la principal prioridad. Sí, puedo decir que he tenido un buen invierno. Además, ya he podido ir a Brasil a reconocer el recorrido de los Juegos Olímpicos, que son uno de los objetivos más importantes para este año.
-Hábleme de Río de Janeiro. ¿Es tan duro el circuito como todo el mundo asegura?
-¡Es increíble! Es digno de una gran etapa de cualquier gran vuelta. Va a ser una carrera larguísima con muchísimas pendientes. Se nos va a hacer muy dura la carrera. Además, el circuito en el que empezará el día, que es el mismo sobre el que se disputará la contrarreloj, tiene un asfalto que agarra muchísimo. Realmente, es un circuito que me gusta mucho.
-Me decía que ha tenido que atender muchos compromisos extradeportivos. ¿Ha cambiado mucho su vida diaria desde que ganó la Vuelta?
-Hace sólo unos días entré a un bar aquí en España y el dueño me reconoció. Me felicitó por mi victoria en la Vuelta. Eso antes no me pasaba y son cosas que te hacen mucha ilusión. Eso sí, todo tiene una parte buena y una mala. Por el otro lado, como te decía, he tenido más compromisos con prensa, patrocinadores… eventos sociales, por decirlo de alguna manera, y eso es verdad que no es tan divertido.
-Este año va a tener que liderar al equipo Astana, que siempre aspira a todo, en la prueba más importante del mundo: el Tour de Francia. ¿Está haciendo algún tipo de preparación mental específica o distinta a la de otros años?
-Realmente no. He mantenido mi manera de trabajar ya que me ha ido bien durante muchos años. Como siempre, he intentado mantenerme lo más en forma posible para no partir desde cero, pero siempre estoy dispuesto a probar cosas que me puedan ayudar a mejorar. Y hablo aquí tanto de métodos de entrenamiento como de la alimentación, el control del peso… porque son los típicos detalles que luego van a marcar la diferencia.
-¿Ni siquiera ha intentado mejorar su rendimiento en la contrarreloj?
-Sí, he hecho un trabajo específico mayor que el de otros años y debo de decir que me siento muy contento con los resultados de ese trabajo. Era uno de los objetivos del invierno y creo que lo hemos conseguido.
-¿Cómo será su calendario hasta llegar al Tour de Francia?
-Empiezo en Valencia y seguiré por Algarve, París-Niza, País Vasco, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja y Dauphiné.
-Es un calendario, evidentemente, completamente distinto al del pasado año. ¿Le vamos a ver competir por el triunfo en alguna de esas carreras antes del Tour?
-Son todo carreras que me pueden ir bien salvo la París-Niza, que creo que quizás no se adapte tan bien a mis características. Tengo muchas ganas de ir al País Vasco porque es una carrera que no he hecho nunca y siempre he querido correr. Pero, lógicamente, me gustaría poder hacerlo bien en todas ellas.
-Este año su objetivo en el Tour de Francia va a ser la victoria en París. ¿No cree que puede ser un objetivo demasiado ambicioso para un debutante?
-Yo mantengo los pies en la tierra. Lógicamente, he de reconocer que no sé cómo es el Tour de Francia porque no lo he corrido nunca. Allí estarán todos los grandes nombres del ciclismo y todos ellos saldrán de Utrecht pensando en la victoria. Yo tengo que ser capaz de hacerlo lo mejor posible. No puedo decirte ahora cómo habrá que hacerlo. Creo que tendré que ir etapa a etapa.
-Ya ha dicho que va a ir al Tour y a los Juegos Olímpicos. ¿Es posible pensar que le veremos defender el dorsal número 1 en la Vuelta a España?
-Incluso sin que estén los Juegos Olímpicos de por medio, hacer Tour y Vuelta significa tener un calendario muy cargado, así que lo veo muy difícil.
-El plan A de Astana era ir con usted al Tour y con Nibali al Giro, pero su compañero ya ha dicho que quiere ir a Francia para preparar bien los Juegos. ¿Cómo lo ve?
-Para mí eso no es un problema. Para Italia es muy importante tener a dos italianos con opciones reales en la carrera de Río de Janeiro y si eso comporta que Vincenzo haga el Tour, yo estoy encantado de que así sea.
-Tiene sólo 25 años y ya está considerado, como bien acaba de decir, uno de los corredores más importantes de un país con una enorme historia en el ciclismo. ¿Piensa que eso puede ser una carga demasiado pesada?
-Cuando salí de Cerdeña, lo hice para convertirme en profesional del ciclismo, pero jamás, ni en mis mejores sueños, pensé que regresaría a la isla y vería colgadas mis fotos en todas las paredes. Me considero una persona tranquila, así que no creo que esa presión me afecte. Pienso que vivir este tipo de cosas es una enorme fortuna.
-¿Y cómo es su relación con Nibali?
-Le admiro y he tenido la gran suerte de tenerle a mi lado para recibir muy buenos consejos de un corredor como él.
-La mayor diferencia entre el Astana de 2015 y el de 2016 es la ausencia de Mikel Landa. ¿Piensa que eran demasiados líderes muy parecidos en el mismo equipo?
-La pérdida de Mikel se va a hacer sentir porque un corredor como él era muy importante en este equipo. Lógicamente, teniendo la edad que tiene, debo de respetar su decisión de cambiar de equipo. Es normal que haya querido jugar sus cartas y él ha entendido que debía de hacerlo fuera de Astana, pero he de decir que por todo lo que hizo el pasado año, estoy tremendamente agradecido.
-Sin embargo, Landa fue el protagonista de una de las grandes polémicas del año cuando desobedeció al equipo en la etapa de Andorra en la Vuelta a España. ¿En algún momento de esa etapa llegó a pensar que su ataque le iba a hacer perder la carrera?
-¡No, en ningún momento!
-¿De verdad no hubo ningún problema con ese movimiento?
-No. De verdad. Él estaba escapado y no era justo que le hicieran parar para esperarme. Jamás pensé que pudiera llegar a perder la Vuelta a España por lo que él hizo allí porque la diferencia, si lo hubiésemos hecho de otra manera, habría sido de 3 ó 4 segundos.
-¿Le gusta el recorrido del próximo Tour de Francia?
-Sí, mucho. El recorrido en general, y la cronoescalada en particular, me gustan mucho.
-Si su experiencia en el Tour de Francia es positiva y consigue terminar, por ejemplo, entre los cinco primeros, ¿sería de esperar que de cara al futuro el Tour sea su principal objetivo y el Giro tenga que esperar a más adelante?
-Por el momento, ¡déjame que me concentre en lo que tengo por delante este año! Luego ya pensaremos en otras cosas. Step by step, please.