Que los contratos en los equipos ciclistas de carretera sean de 1 de enero a 31 de diciembre es un auténtico contrasentido. Ya lo he dicho tantas veces que me aburre volver a insistir en ello. Los equipos están trabajando en todos los campos desde bastante meses atrás, incluso con concentraciones en las que se simultanean dos tipos de fotos: las que se difunden al momento, con ese potpurrí de maillots que es un atentado a la estética, y las que se guardan hasta el 1 de enero, pocos segundos después de las campanadas, en las que los equipos saturan las redes con sus fichajes embutidos en las nuevas equipaciones. Por no hablar de ‘media days’ en la que los nuevos fichajes, algunos tan mediáticos como Peter Sagan, no pueden ofrecer esa nueva imagen porque se ‘deben’ al antiguo espónsor. O lo que es más grave: que siguen vistiéndose con la ropa del antiguo equipo.
Si la temporada ciclista acaba, salvo excepciones de pruebas secundarias en países periféricos, en otoño, ¿por qué los contratos no se firman, por ejemplo, de 1 de noviembre a 31 de octubre? Ello permitiría que en noviembre los equipos pudieran presentar a sus nuevos fichajes, con sus maillots, de forma escalonada, sucesiva, en unos meses en los que escasean las noticias ciclistas, en vez sufrir este bombardeo de fotos en lo que se ha convertido el 1 de enero… aunque Sagan haya querido esperar a la tranquilidad de hoy para ‘revelarse’.
¿Nos imaginamos a los jugadores del Barça o Real Madrid entrenando todo el verano con las camisetas de sus antiguos equipos y un día señalado antes del inicio de la Liga -por ejemplo, el 15 de agosto- copar las portadas de la prensa con fotos de las plantillas al completo con las nuevas equipaciones o convocar todos ese mismo día ruedas de prensa para presentar a sus fichajes? Pues eso sucede en el ciclismo -incluso en equipos de ‘amateurs’ que no tienen la absurda restricción contractual- y luego nos quejamos.
Y si absurdo es en los equipos de carretera, ya no digo nada del ciclocross: en mitad de su temporada, corredores tan significativos como Wout Van Aert han cambiado de colores: el campeón del mundo presentaba su maillot hace unas semanas, pero no ha podido usarlo hasta ayer, 1 de enero. Y no digo nada de lo que puede significar si conlleva un cambio de bicicleta.