Femke Van den Driessche se retira y no declara ante la UCI

Femke Van den Driessche

Van den Driessche ha decidido colgar la bicicleta

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Todo estaba listo esta mañana en la sede de la Unión Ciclista Internacional (UCI) de Aigle para que Femke Van den Driessche, la corredora de 19 años más famosa del mundo después de que durante el pasado mundial de ciclocross celebrado en Zolder (Bélgica) protagonizara el primer caso de fraude tecnológico de la historia del ciclismo, testificase ante la Comisión Disciplinaria del máximo organismo mundial para defenderse de las acusaciones por las que el presidente de la UCI, Brian Cookson, había solicitado que fuese suspendida de por vida.

Finalmente, sin embargo, la corredora no ha testificado ante esa Comisión Disciplinaria ya que ha tomado la decisión, tal y como ha anunciado hace unos minutos, de colgar definitivamente la bicicleta. Tal y como reza el comunicado hecho público por la protagonista del ya tristemente famoso ‘motorgate’, “después de haberlo meditado junto a mi abogado y mi familia, he decidido detener mi implicación en el proceso que contra mí hay abierto en Aigle ya que he tomado la decisión de poner fin a mi carrera deportiva en el ciclocross”.

En este sentido, y siguiendo el sentir que muchos -no necesariamente sólo sus defensores- tienen respecto de este proceso tan mediático y en el que desde el primer momento sólo se ha apuntado en una dirección, olvidando, al parecer, la necesidad de despejar las incógnitas sobre el resto de implicados además de la propia corredora, Van den Driessche añade en su comunicado que “mi proceso ya ha sido juzgado por todos. Los costes de mi estancia en Suiza son demasiado altos para mí. Soy consciente de que la absolución es imposible ya que esa bicicleta estaba en mi zona de material”.

Van den Driessche, que de esta manera se aparta del mundo del deporte, concluye su comunicado agradeciendo el apoyo recibido por todos aquellos que se han mantenido junto a ella y, sobre todo, hace una petición muy normal y justa para una adolescente de 19 años al decir que “a partir de este momento quiero rehacer mi vida de la forma más normal y serena posible y espero que todo el mundo comprenda y respete esto”.

Ahora, sin la declaración fundamental de la corredora belga, la UCI pierde un testigo fundamental para conocer de primera mano toda la verdad en relación a un caso que, como ya se ha defendido en más de una ocasión desde este medio de comunicación -y es una opinión muy extendida en el mundo del ciclismo-, debía de contar, por necesidad, con muchos más implicados que únicamente una corredora de 19 años y su familia sin capacidad económica para acceder a estos caros motores.

Un comentario

  1. como odio las lagrimas de cocodrilo, la excusa no hay por donde pillarla, que vergüenza de tia

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*