Fernando Santas Laborda, padre del paraciclista navarro-aragonés Eduardo Santas, establecía ayer en el velódromo Illes Balears un nuevo récord de la hora en la categoría de master 60, con una distancia de 40.444 metros.
Una tentativa que llevaba muchos meses preparando en Navarra y que se ha saldado con “una marca más que digna para mí, con casi 62 años “, según comentaba en su cuenta de Facebook. Esta mañana, hablando con él de forma más tranquila, ya nos contaba más detalles sobre el récord. “Fue en septiembre del año pasado, en que empecé a rodar en Tafalla, con la bicicleta normal. Y al ver que hacía tiempos decentes, ya encargué la bicicleta de pista. Pero me faltaba probar en madera, y en marzo me fui unos días a Mallorca y como ganaba 0,7 o 0,8 por vuelta fue cuando ya me decidí”. Una tentativa que no ha sido fácil “porque aparte de tener que comprar ruedas, cascos y otro material, el tema de los permisos, de pagar las tasas del cronometraje es complicado también”.
A nivel de preparación “y sobre todo a mi edad, hacer un esfuerzo así requiere mucha preparación, mucho sacrificio. Pero es cierto que lo he trabajado mucho con mi hijo. Además, había visto bastante de otros récords, y ante todo sabía que la clave era conocer cuáles son mis vatios medios, pero en un esfuerzo de una hora, y que de ahí no me podía pasar”.
Oficialmente, no existía un mejor récord nacional. “Hubo una marca de un catalán, sobre 39 kilómetros, pero que la quitaron cuando lo de Indurain. Pero tenía claro que mi objetivo era estar por encima de los 40. El récord del mundo de mi edad está en 44, pero en la altitud de Aguascalientes. Pero hablando con Joan Llaneras, y con otras personas, pensamos que estar por encima de 40 es una buena marca”.
Con un 56×14 de desarrollo, como nos decía, la clave estuvo en fijar ese tiempo por vuelta, acorde con sus vatios. Mis hijos y Edosof me marcaron los tiempos en todo momento. La idea era salir a 21,5 por vuelta, lo que suponía 41 kilómetros, y así estuve las sesenta primeras vueltas. Luego bajé a 22 bajo, y aunque en algunas vueltas hice algo más, nunca estuve por encima de los 23. A partir del minuto 35 o 40 y sobre todo los diez últimos se hizo duro, pero sin tener ningún bajón”. Y es un día después de haber terminado la prueba, no tiene remordimientos de algo que pudo haber mejorado. “Al contrario, todo salió como esperaba”.
Y de hecho, a diferencia de otros corredores que lo han afrontado y se olvidan del récord por el sacrificio que supone, Santas no descarta una futura tentativa. “Si tengo salud, me gustaría explorar otras pistas más rápidas, ya que Mallorca es un buen velódromo, pero no tiene la mejor madera y está al nivel del mal. Por ello no descarto volver a hacerlo otra vez, a los 65 años o a los 70, siempre que la salud acompañe”.