Esta semana han finalizado los trabajos que se estaban acometiendo en la cubierta del Velódromo Antonio Elorza, un proyecto ambicioso de reforma integral que hará desaparecer las filtraciones de agua y mejorará la eficiencia energética de la instalación, según informa Donostia Kirola.
Las obras, que han tenido una duración de 4 meses y medio, han consistido en la retirada de las dos capas de láminas de PVC existentes en la antigua cubierta y la colocación de una capa impermeable denominada TPO con una garantía de 20 años. Bajo esta capa se ha instalado un aislante térmico de 6 cm, con una inversión de 1.188.000€.
Según dicho comunicado, la actividad deportiva habitual de la instalación no se ha visto interrumpida a pesar de la complejidad técnica de la obra, aunque la verdad es que las inclemencias meteorológicas supusieron varios cierres a la actividad ciclista en forma de jornadas de entrenamiento, ya que apenas hubo competición con la excepción del Campeonato de Gipuzkoa, a mediados de febrero cuando la obra ya estaba muy avanzada.
Esta ha sido una de las principales actuaciones de mejora en las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Anoeta, objetivo estratégico de Donostia Kirola, que tendrá su continuidad en pocos meses con el inicio de la reforma del Miniestadio, aunque sería de agradecer un replanteamiento sobre la obsoleta estructura interior del velódromo, inaugurado en 1965 y techado en 1973.