Las salidas de Juan Pedro López y Michel Ries, con destino al Trek de Stefano Oldani, con rumbo al Lotto, o también la del júnior Carlos Rodríguez, al Ineos, vuelven a subrayar el trabajo formativo que se está haciendo desde las estructuras deportivas de la Fundación Alberto Contador. Cuatro nombres promocionados al WorldTour, que se unen a una cada vez más larga lista de corredores ya profesionales entre los que están, entre otros, el balear Enric Mas, el aragonés Fernando Barceló, el valenciano Joan Bou o el manchego Isaac Cantón.
googletag.pubads().definePassback('/19136023/DFP-vid_RG_FP_PU07878_VI-NUNSYS-Ciclo21_WW_VI_RS-0.7', [1, 1]).display();
Una nómina creciente que pone el foco en un trabajo que arrancó con la puesta en marcha del equipo júnior en 2013. Conversamos con Fran Contador (Madrid, 1979), mánager general de los equipos de la Fundación y uno de los tres puntales del proyecto deportivo auspiciado por la Fundación que lleva el nombre de su hermano.
-En 2020 nada menos que hasta cuatro corredores van a dar el salto desde las estructuras deportivas del Kometa Cycling Team. Un número que invita a la satisfacción…
-Por supuesto es una cifra interesante que nos agrada mucho. Y que es mayor si tenemos en cuenta que Enric Mas también compite en el WorldTour o que varios ciclistas que han pasado por nuestras filas también van a competir tanto en lo que ha sido hasta ahora la categoría continental profesional como en la continental. Y esa satisfacción es incluso mayor porque también podemos encontrar en el organigrama de otras estructuras a personas que han estado trabajando con nosotros. Pienso en Pello Olaberria, por ejemplo, que corrió con nosotros, fue profesional y en los dos últimos años ha sido uno de los auxiliares del proyecto continental. Pero al igual que nos gusta ver estos frutos, también tenemos claro que por un lado no somos conformistas y aún hay mucho trabajo por delante y, por otro, seguimos trabajando para que ese salto al WorldTour pueda ser en nuestra propia estructura.
-Esos saltos son cuestiones recurrentes a nivel mediático. Esta temporada se ha especulado en diversos momentos con el salto del equipo a la categoría continental profesional e incluso también se ha esbozado esa pretensión que indica de lograr alcanzar el WorldTour.
-Sí, ha sido así y especialmente con motivo de la salida del Giro de Italia 2020 se habló mucho. Nosotros somos muy honestos con este tema, no hemos alimentado ningún rumor y siempre hemos dicho lo mismo cuando nos han preguntado: seguimos trabajando, no hay nada cerrado, es una posibilidad que está ahí y continuamos trabajando para convertirla en realidad. ¿Había intereses? Sí, pero hay que hablar, valorar, sentar unas bases sólidas y no perder de vista los tiempos que conlleva la gestación de un equipo o la gestión de los trámites. Tenemos muy claro que los pasos hay que darlos con firmeza. No tiene ningún sentido saltar de categoría sin un futuro. Subir a la categoría continental profesional es un sueño y nos ilusiona, no nos lo tomamos como una presión. Dar el salto para desandar en uno o dos años, desde mi punto de vista, no es el camino correcto a seguir. Paso a paso. Pedalada a pedalada.
-¿Era por tanto una línea de trabajo centrada en exclusiva en la categoría continental profesional?
-Es el paso siguiente a nuestra actual categoría, la evolución más natural. No sería en absoluto nada malo darlo. ¿El WorldTour? Es otro sueño, sería la culminación a todo el trabajo que estamos desarrollando en la Fundación desde hace casi una década. En alguna ocasión hemos señalado tanto mi hermano Alberto, como Ivan Basso o como yo mismo que nos sentimos preparados para dar el salto al WorldTour si se presentara esta oportunidad. Pero a día de hoy seguimos pensando en ir sumando etapas en el marco de este proyecto integral vinculado al ciclismo que tenemos en la Fundación Alberto Contador.
-El mundo del ciclismo, no obstante, incorpora de cara a esta nueva temporada una serie de cambios que pueden generar valoraciones diferentes al respecto…
-Sí, la cuestión de las invitaciones para las carreras cambia, o mejor dicho, empeora para los equipos de la categoría continental profesional. El WorldTour se convierte en una categoría aún más cerrada si cabe. Veremos cómo evoluciona este próximo año y sus consecuencias en los siguientes. A los patrocinadores hay que mimarlos. No estamos en un deporte donde abunden los patrocinios, o no al menos donde se logren con facilidad, aunque el rendimiento deportivo sea muy bueno. El caso del Murias es un ejemplo preocupante. Un equipo que lo ha hecho sensacional y que no ha podido seguir por falta de apoyos… La Unión Ciclista Internacional debería tener estas cosas muy en cuenta. Personalmente creo que una liga cerrada es un error. Y también creo que la UCI debería poner en marcha políticas para proteger a los patrocinadores que apuestan por proyectos más formativos, no tan centrados en el éxito deportivo. Porque corremos el riesgo de que los equipos de la máxima categoría, con su potencial económico, se aprovechen de esas estructuras y las expriman. Y al final echen el cierre.
-En este sentido, ¿cómo valora la salida de Carlos Rodríguez con rumbo al Ineos?
-En lo personal me alegro mucho por él, porque es un chaval maravilloso, con una gran calidad y un futuro muy prometedor. Admiro su compromiso y la claridad que tiene con respecto a no dejar sus estudios. No digo nada nuevo si lamento su salida. Me hubiera gustado que siguiera vinculado a la Fundación Alberto Contador, que hubiera seguido dando pasos en su carrera con nosotros. Pero no estamos en el WorldTour ni somos el Team Ineos. Somos nosotros mismos. Es lo que señalaba antes con respecto al potencial económico. Creo que, de cara al futuro, la Unión Ciclista Internacional debería sopesar seriamente la idoneidad de establecer algunas pautas, algunas reglas de juego, que en casos parecidos o en determinadas edades protejan esos proyectos formativos y les aporten incluso una estabilidad para seguir trabajando. Alguna cláusula de índole económica, por ejemplo, destinada exclusivamente a escuadras juveniles, a escuelas… Algún tipo de derecho de formación. Y se lo debería plantear porque en estos dos últimos años estamos viendo cómo corredores muy jóvenes, juveniles o casi, saltan al profesionalismo. Y es una tendencia que no sé si irá a más, pero estoy seguro que se mantendrá. No voy a decir que se dejen de medir las alturas de los calcetines de competición, pero que al menos se diversifiquen las prioridades. Al final lo que está en juego es el futuro de este hermoso deporte.
-En 2020 llega Xstra como patrocinador muy importante del equipo y el plantel se refuerza con siete caras nuevas…
-Afrontamos una temporada muy ilusionante. John Rasmussen cree en el ciclismo, es un mundo que conoce muy bien, en su momento puso en marcha el Memory Card danés y su vocación siempre es la de poner en marcha proyectos de larga duración. En Xstra están muy comprometidos con la visión global del proyecto de la Fundación Alberto Contador, que va más allá de la competición en sí. Y esto mismo pasa con Kometa. Giacomo Pedranzini tiene una filosofía muy enriquecedora, es mucho más que un empresario. Contar con su apoyo es una bendición por todas las facilidades que nos da y por toda su confianza. Valora mucho el trabajo, el esfuerzo y el compromiso de un equipo que este próximo año incorpora mucho talento. Son siete ciclistas con mucho futuro.
-¿Destacaría algún nombre entre las siete caras nuevas?
-Señalar a este o aquel en frío sería muy injusto y tampoco sería considerado con los seis corredores que se mantienen y que a buen seguro van a dar un gran paso adelante en sus carreras, pero si me permitís sí me gustaría poner en valor a dos corredores porque encarnan el trabajo que buscamos hacer con la base: Sergio García y Alejandro Ropero. Los dos han pasado por el Campus de Selección de Zaragoza, los dos han competido en el equipo júnior y también han pasado por la estructura sub-23. Personalmente es algo que me emociona. Juan Pedro López, uno de los fichajes del Trek, se ha convertido este año en el primer ciclista que alcanza el WorldTour después de pasar por el Campus de Selección. Ha ido evolucionando como persona y como deportista con nosotros, consumiendo etapas, formándose. Y es la culminación de una apuesta muy sincera por crear un proyecto integral vinculado al ciclismo con el que, de alguna forma, le podamos devolver algo de lo mucho que nos ha dado este deporte tanto a Alberto como a mí o a nuestra familia. A fin de cuentas, soñamos con el salto de la categoría, pero lo que nos mueve es seguir formando personas a través del ciclismo con la idea de que puedan convertirse también en profesionales.