La imposición de los frenos de disco ha ido más rápida que su aceptación. ¿Qué pasa con los frenos de disco?
Casi nadie habla bien de ellos en el máximo nivel, en el World Tour, los corredores mantienen sus cautelas, hay equipos que aún siguen con las zapatas, un saludo a los Ineos, y los mecánicos juran en hebreo cuando les toca cambiar rueda.
En verdad el freno de disco en la bicicleta es un invento excelente, muy bueno, sobre todo en otro tipo de bicicletas, pero no mejorar sustancialmente la zapata, salvo en escenarios muy concretos.
Es decir, cuando el pedal automático entró en liza, sí que había una mejora, respecto al sistema anterior, con el tema de los frenos de disco, el salto de calidad respecto a la zapata no es tal, más entre los pros que si les dan a elegir, optan por la zapata mayoritariamente.
Su instauración desde hace unos años en el ciclismo profesional responde a la necesidad de las marcas por abrir nuevos mercados y líneas de negocio, un poco como con la ebike o las gravel.
Esa entrada en competición se hizo con la bendición de la UCI
Todo para crear en el aficionado la necesidad de tener esta frenada.
Artículo completo y podcast en El Cuaderno de Joan Seguidor