Hasta ahora, el británico Chris Froome, concentrado junto a otros compañeros del Ineos en Sudáfrica, era de los pocos corredores que habían podido escapar de la crisis del coronavirus y, aunque apartado de la competición, seguía un completo esquema de entrenamientos de cara a la próxima edición del Tour de Francia. Sin embargo, las cosas han dado un vuelco muy importante en las últimas horas y el británico ha tenido que poner rumbo a casa de forma precipitada.
Así lo explica en el rotativo neerlandés AD Dylan van Baarle, que se encontraba también en aquel país africano. “Todo era seguro. En Sudáfrica había contagios, pero no tantos como en Europa y, por lo tanto, viajar a casa podía suponer incluso un riesgo mayor”.
Pese a ello, desde Ineos se ha decidido repatriar a sus corredores ya que, según Van Baarle, “ahora mismo no existe algo así como una decisión correcta. Si nos hubiésemos quedado, la situación podría haber explotado en Sudáfrica y podrían decidir un cierre. Entonces estás cautivo”.
En cuanto al estado del cuatro veces ganador del Tour de Francia, Van Baarle es realista y explica que “es difícil hablar sobre su nivel real ya que no estamos compitiendo. No está al nivel al que tendría que estar, pero esta concentración le ha ayudado. Todavía queda bastante para el Tour de Francia, pero las cosas tienen buena pinta”.