A punto de cumplir los 36 años e inmerso ya en su decimoquinta temporada como corredor profesional, Chris Froome ha iniciado, en el UAE Tour, una nueva etapa en su vida deportiva. Tras militar diez temporadas en el Sky/Ineos-Grenadiers, el corredor británico se ha enrolado en el Israel Start-Up Nation en el que aspira a conquistar su quinto Tour de Francia y, de esta manera, entrar en el exclusivo club de los pentacampeones en la Grande Boucle.
Tras un rendimiento muy alejado de lo que en él es habitual en la CRI de la segunda etapa en la ronda emiratí, falta ahora por comprobar si Froome, para el que el tiempo, como sucede on todo el mundo, no pasa en balde, hará ahora una aproximación más conservadora a las carreras que le sirvan para preparar la gran cita del verano o si, por el contrario, ese resultado es el reflejo real de un potencial ya mermado.
Por el momento, el cuatro veces vencedor del Tour se mantiene optimista. En una entrevista concedida a The Guardian, asegura, en relación a las secuelas de aquella caída que ha venido arrastrando durante casi dos años, que “ya no hay nada que se interponga en mi camino”.
El corredor nacido en Nairobi explica que “estoy muy cerca de igualar el récord de cinco victorias en el Tour. Será una tarea enorme, pero no hay obstáculos en mi camino. Finalmente, me libré del dolor”. Pese a ello, reconoce que “todavía siento una pequeña molestia cuando duermo sobre mi lado derecho y, a veces, tengo una sensación de ardor en el lugar donde se insertó una placa de metal, pero ya no siento ninguna molestia en la bicicleta”.
Lo más positivo es que ahora “tengo la misma fuerza en mi pierna izquierda y en la derecha. Haré todo lo que pueda para conseguir esa quinta victoria del Tour. La actitud mental es muy importante, así que espero que mi cuerpo siga a mi mente”.
En cuanto a su presencia en el UAE Tour, Froome asegura que “no espero competir aquí por la victoria general, pero sería bueno volver a sentirme más cómodo en el pelotón”.