El vencedor del Tour de Francia 2013, el británico Chris Froome, ha sido el primero de los grandes nombres en reaccionar tras la presentación del polémico recorrido de la ronda francesa para 2015. Con sólo 14 kilómetros de lucha contra el crono, la próxima edición de la Grande Boucle será la que menos beneficie a los especialistas en toda la historia. Esos 14 kilómetros suponen 24 kilómetros menos que los que se contabilizaron en 2011 que con 42 kilómetros era, hasta hoy, la que menos contrarreloj había presentado.
Esto, unido a los tres asaltos en la cordillera de los Pirineos y la infernal traca final de los Alpes hacen que el de 2015 se antoje un Tour sólo al alcance de los mejores escaladores, algo que seguro que agradecen corredores como Alberto Contador y, sobre todo, Nairo Quintana. Sin embargo, Chris Froome no se ha mostrado muy entusiasmado con la idea y ya ha dejado caer que es muy probable que no le veamos en la salida de Utrecht.
“No hay vuelta de hoja. El Tour del próximo año se ha centrado en la lucha en la montaña y ha puesto poco interés en la contrarreloj. Con seis llegadas en alto va a ser una carrera muy agresiva y dura. El equipo y yo vamos a pensarlo detenidamente antes de tomar la decisión final de qué grandes vueltas correré el próximo año”, ha asegurado el británico, que añadió que “me veo como un corredor muy equilibrado para luchar por la victoria en grandes vueltas, por lo que el Giro de Italia, con una contrarreloj larga de 60 kilómetros y finales en alto duros es una carrera bien equilibrada y que, por lo tanto, me viene bien”.
A falta de conocer el trazado de la Vuelta a España, Froome ha dicho que “si decido correr el Giro podré volver a tener un pico de forma para la Vuelta y acudir a ella con una posibilidad real de victoria. En el pasado me he centrado siempre en una sola carrera de tres semanas y podría ser una gran oportunidad para intentar seriamente el asalto a dos”.
El balance de Vincenzo Nibali
Vincenzo Nibali (Astana), ganador de la pasada edición, dio su opinión sobre la prueba que espera defender en julio si su equipo no es sancionado por los casos de dopaje. «Es un Tour bonito, ha sido diseñado sobre las líneas del último. Me gusta volver a encontrarme con el pavé, será muy difícil y convendría reconocerlo cuidadosamente y probar el material. Quizás la carrera eche de menos una crono larga y creo que es quizás un poco por los ciclistas franceses que quizás no son especialistas, aunque estén evolucionando. A Bardet, Barguil y sobre todo a Thibaut Pinot les gustará este recorrido. Luego llegará la alta montaña será las que decidan la carrera. Las etapas que me gustan más son las de Plateau de Beille y la de Alpe d’Huez, por su historia. Luchar por una victoria en una gran vuelta es agotador. Hay esta posibilidad, pero lo hablaremos en la primera reunión del equipo. Las tres grandes no son posibles, Giro y Tour sí»
Y sobre los positivos de los hermanos Iglinskiy y Davidenok, todos kazajos, comentó que «es un caso relacionado únicamente con una familia y desafortunadamente estamos pagando las consecuencias, pero estamos intentando defendernos y demostrar que nuestra palabra cuenta. No estamos felices como corredores y tampoco lo están nuestros patrocinadores ni nadie relacionado con el equipo. Creo que el Astana intentará hacerlo legalmente también. Davidenok no pertenece al equipo profesional del Astana sino al de categoría continental que tiene una gestión diferente. No sé que más decir, pero se deben tomar medidas duras».
Prudhomme apoya a la UCI
Por su parte el director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, apoyó el expdiente incoado al equipo asiático que dirige Alexandre Vinokourov. «La UCI está investigando al Astana. Tiene el derecho de hacerlo y creo que es su función. Nosotros esperamos las conclusiones de esa investigación antes de actuar».