Golpeado por la tragedia de forma inmisericorde y cruel, el ciclismo ha dejado atrás la primavera, aquella que el año pasado se vistió de luto y drama con las siempre absurdas muertes de hombres jóvenes y sanos como Antoine Demoitié o Daan Myngheer y el inicio del calvario de Stig Broeckx y que este año se ha cerrado con el adiós para siempre de cuatro corredores en poco más de una semana. Deja atrás, decíamos, una época bella en lo deportivo en la que las clásicas, aquellas carreras que para muchos mejor representan la esencia más pura de este deporte, nos han brindado un espectáculo brillante. Llega ahora, porque el ciclismo es un sistema que, como el solar, gira anualmente sobre el mismo eje, el turno de las grandes vueltas por etapas. Esas que empiezan mañana mismo con el Giro de Italia, viven su fiesta grande en julio con el Tour de Francia y se alarga hasta septiembre con la Vuelta a España.
El Giro es a las grandes vueltas algo así como lo que la Vuelta a Flandes representa para las clásicas. No es la más grande de su clase, que para eso, como la París-Roubaix en lo que a pruebas de un día se refiere, está el Tour de Francia; pero sí es algo así como la fiesta en la que se desatan las pasiones y los aficionados pueden dar rienda suelta a sus más bajos instintos (ciclistas) en una cita que puede presumir de no fallar nunca a las altas expectativas de los indondicionales. Ni el Tour ni la Vuelta, que tienen otras –grandes– virtudes poseen el magnetismo de la corsa rosa.
Este año, el del centenario (si hablamos de ediciones, que no de cumpleaños), RCS ha apostado fuerte por un recorrido complicado de gestionar que, por el mismo precio, podría decidirse antes o puede dejarnos la resolución final para los últimos 28 kilómetros entre el circuito de Monza y Milán que en forma de contrarreloj han dispuesto para el último día.
El Giro de Italia, como casi siempre, no ha renunciado a dar oportunidades a ningún tipo de corredor, algo que siempre es un arte en un ciclismo cada vez más especializado y en el que da la impresión de que los organizadores diseñan sus trazados pensando más en la atracción que puedan ejercer sobre tal o cual figura que en diseñar un recorrido equilibrado que brinde opciones a sprinters, contrarrelojistas, escaladores o aventureros a lo largo de sus 21 días.
No será en esta previa donde analicemos de manera pormenorizada el recorrido del 100º Giro. Esa labor ya la hicimos el día de la presentación de la carrera en Milán y el buen lector de Ciclo 21 tiene a su entera disposición aquella entrega. Hoy, víspera de la Grande Partenza, se trata más de contextualizar, teniendo en cuenta lo ocurrido desde que se diera el pistoletazo de salida a la campaña 2017, el desembarco del pelotón en Cerdeña.
Si hay un nombre que pueda destacar por encima de todos los demás ese es el de Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida). El Tiburón, defensor del dorsal número 1, parece haberse resignado a olvidar un asalto a una segunda Grande Boucle. El italiano, uno de los pocos hombres en la historia de este deporte que puede presumir de haberse hecho con la triple corona, ha llegado a ese punto de su vida y su carrera deportiva en la que no sólo puede permitirse pensar exclusivamente en sí mismo sino que, además, todo su equipo ha sido construido a su alrededor y, más concretamente, pensando en el asalto a este Giro.
El del año pasado fue un triunfo agónico para él. Necesitó de, literalmente, tres semanas –y la caída de Kruijswijk– para cimentar una victoria que ahora, 365 días más tarde, le permite recordarle a todo el mundo que, aunque sus prestaciones hasta el momento no lo indiquen con claridad (el triunfo en Croacia no puede considerarse una clara muestra de poderío si hablamos en términos de un aspirante a todo en una gran vuelta), su favoritismo no debe de ser menospreciado.
Junto a él, en lo más alto –e, incluso, quizás mínimamente por encima– aparece el penúltimo vencedor, ausente Contador, presente en la salida. Nairo Quintana (Movistar) ha asegurado recientemente que este podría ser el año del doblete. Olvidado aquel sueño que se tornó en pesadilla y del que tantas veces han renegado en el equipo, maldita la hora y maldita la ocurrencia, el colombiano recuperó la confianza que pudiera haberse dejado por el camino en la Vuelta a España. Allí se encontró, camino de Formigal, a un Contador desatado y desbocado que se convirtió en un inesperado aliado contra un Froome que estuvo muy cerca de darle un golpe moral quizás insuperable.
Quintana ya se subió a lo más alto del podio de Milán después de una maniobra que, años después, Patrick Lefevere –y alguno más– todavía no ha terminado de digerir, pero lo único que quedará, poco a poco, es su nombre grabado en letras de oro rosado en el palmarés histórico de este deporte que, por el momento, sigue negándole su gran objetivo francés. Una locura, la del doblete Milán-París, que muchos ven imposible y que nadie consigue desde que en 1998 Pantani lo lograra en lo que muchos siguen calificando como la quintaesencia de todos los males que en el ciclismo han sido.
Por detrás de ellos, Steven Kruijswijk (LottoNL-Jumbo), Geraint Thomas (Sky), Thibaut Pinot (FDJ), Ilnur Zakarin (Katusha-Alpecin) o Tom Dumoulin (Sunweb), cada uno con sus pros y sus contras, aspiran a dar la sorpresa que, como es lógico, sería más o menos grande dependiendo del caso concreto que queramos analizar, pero cada uno de ellos tiene lo que hay que tener para ser considerado uno de los grandes outsiders de este Giro del centenario.
Y, por supuesto, en ese grupo también merece estar presente el otro líder del Sky. Mikel Landa volverá, dos años después de su gran explosión, al escenario en el que se convirtió en una de las grandes promesas o esperanzas del ciclismo vueltómano. Su aterrizaje en Sky en 2016 no fue tan brillante como se hubiese podido esperar, pero el español, que termina contrato este año, busca redimir ese complicado comienzo yendo a por la general de una carrera que, al menos sobre el papel, se puede adaptar muy bien a sus características.
A estas alturas, todo ha quedado ya visto para sentencia. Es el momento del examen y los aspirantes tienen que traer la lección bien aprendida. El Giro, el del centenario, no permitirá fallos. Exigirá el máximo a todos los aspirantes desde el primer día de carrera hasta, literalmente, la última pedalada. Ahora, con todo listo y dispuesto, sólo queda relajarse y disfrutar de la que, para muchos, es la mejor vuelta por etapas del año y, con cien ediciones ya a sus espaldas, la historia viva de una pasión llamada ciclismo.
Uno de los grandes favoritos para la victoria final y una vez ganador del Giro de Italia, Nairo Quintana (Movistar Team), dijo: “No sé si es posible ganar el Giro y el Tour en el mismo año. Es la primera vez que lo intento, pero primero tengo que ganar el Giro. Tengo muy buenos recuerdos de mi primera participación porque gané. No podía faltar a esta edición especial. Es histórico. Hay equipos más grandes de lo habitual. Esto cambia la dinámica de la carrera. También hay más corredores de mi generación que lucharán para la clasificación general. En la cuarta etapa en Etna tendremos una idea más clara de los protagonistas. La semana decisiva, sin embargo, será la última y espero que pueda lograr el mejor resultado posible.”
El Team Sky es uno de los equipos con dos capitanes en el Giro. El galés Geraint Thomas, dijo: “Ser el líder del equipo en un Grand Tour es uno de los mayores desafíos de mi carrera. Ha ido bastante bien hasta ahora, pero muchas cosas pueden pasar. Tenemos un equipo muy fuerte. No veo la hora de empezar. El hecho de que sea la edición número 100 no afecta en particular a mi desarrollo de la carrera. Sin duda influyó en la elección de la ruta, pero en la carrera voy a vivir día a día y trataré de conseguir ventaja para hacerlo bien. El nivel del grupo es muy alto, así como la ruta. No me siento viejo. La edad es sólo un número. Los años en la pista me dejaron bastante fresco. Estoy listo para un par de temporadas en la bici más de la media. Quintana y Nibali ya ganaron esta carrera. Ellos son los favoritos. Landa y yo tenemos la oportunidad, pero no estamos en ese nivel. Nosotros no somos los favoritos, por eso vamos a ejecutar de manera diferente respecto al Tour de Francia “.
En su primera participación en el Giro de Italia, el francés Thibaut Pinot (FDJ), entre los favoritos para ganar, dijo: “He pasado un par de días difíciles después del Tour de los Alpes. Estaba deprimido a causa de la trágica muerte de Michele Scarponi. Me gustaba mucho. También tuve problemas en entrenarme con el mal tiempo. Esta es mi primera participación en el Giro de Italia. Tal vez tengo que ejecutarlo varias veces antes de poder ganar. En los últimos Tour de Francia no ha ido bien en la clasificación general, a pesar de que había decidido correr el 100° Giro un año y medio atrás. Mi principal oponente soy yo mismo: tengo siempre el riesgo de tener un mal día. Conozco mis rivales, corremos juntos desde hace algunos años. El meteo no debería ser un problema, a menos que haya 50 grados. Espero que caer y no enfermarme. Todo el mundo dice que Quintana es el favorito. Detrás de él somos unos diez corredores de un mismo nivel “.
El joven velocista colombiano Fernando Gaviria en su primer Giro, dijo: “Me siento un poco nervioso porque una carrera de tres semanas es una nueva aventura para mí, pero también estoy muy entusiasta. Entre los velocistas André Greipel en el inicio es el que más tiene experiencia y también el corredor que tiene el albo de oro más importante. Todos los velocistas tienen la misma ambición: ganar. Hice un buen mes de entrenamiento en Colombia antes del Giro. El objetivo de la maglia rosa al final de la primera etapa es una motivación extra, pero mi verdadero objetivo es llegar a Milán y terminar mi primer Grand Tour “.
La Maglia Bianca del año pasado, Bob Jungels (Quick-Step Floors), dijo: “El año pasado hice un gran paso adelante (ganando la Maglia Bianca). La victoria final en un Grand Tour sería otro paso importante. Preparé el Giro al cien por cien, pero no me considero entre los favoritos. No he corrido tantas carreras por etapas como Vincenzo Nibali. El Giro del año pasado no ha sido fácil, pero hay más subidas este año, algunas de leyenda. No tengo miedo, no saldría si tuviera. La dureza de la carrera es debida por los corredores. La primera crono puede favorecer a corredores como Dumoulin, Dennis y yo “.
El actual campeón Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida) dijo sentirse «muy bien. El clima aquí en Cerdeña es excepcional. No veo la hora que sea la salida del Giro de Italia. Mis expectativas son conocidas por los demás: quiero subir en el podio. No es fácil terminar en el escalón más alto, si no fuera posible volver a ganar el Giro lucharé por el segundo o tercer lugar en honor a la carrera. Hemos trabajado bien con el equipo para estar aquí en las mejores condiciones. Tengo el mayor respeto por los rivales. Será un largo desafío con tantas contingencias.
Mauro Vegni dibujó una carrera aún más difícil en los últimos años. Incluso me hizo el honor de llevar el Giro en mi tierra (Sicilia). Hay también un circuito urbano en Messina. Estoy lleno de alegría por ese motivo tanto para mis fans como para mi familia. No es la primera vez que el Giro llega en Sicilia, pero esta vez tiene un sabor especial. La cuarta etapa tiene un desnivel de 4000 metros. Tras unas etapas nerviosas en Cerdeña. Será el primer enfrentamiento directo con los rivales: vamos a ver cómo llegamos allí. Vamos a ir en Etna desde un lado diferente a la de hace seis años. Será más difícil esta vez, y después de un día de descanso. Voy a empezar el Giro con gran precaución y con la esperanza de que ir regular”.
Tom Dumoulin (Team Sunweb), Maglia Rosa durante seis días en la última edición del Giro, dijo: “Estoy aquí para hacer bien en la general. Ganar el Giro está fuera de mi alcance. Para lograrlo, debería estar en la mejor forma siempre y también tener mucha suerte. Nairo Quintana es el favorito. En los últimos años, e incluso el mes pasado mostró que incluso en el 90% de la forma puede jugarse la victoria. En cambio corredores como Steven Kruijswijk y yo en el 95% de la forma no podemos luchar para la victoria. Vincenzo Nibali está siempre peligroso. El año pasado yo no esperaba que él ganaría y lo hizo. Mi preparación ha ido bien. Tenemos un equipo fuerte para tres semanas seguidas. Yo he corrido solo una carrera por etapas de tres semanas con el objetivo de la clasificación general, la Vuelta a España del año pasado. En la subidas trataré de defenderme. Desde entonces, estoy más tranquilo y he mejorado en cuesta arriba. La primera mitad del Giro no es muy difícil. No creo que habrá desventajas importantes en la clasificación después de Etna y el Blockhaus. La etapa de Stelvio y Mortirolo es la más difícil, aunque cada etapa de la semana pasada no se debe subestimar “.
El velocista Andrè Greipel (Lotto Soudal), que ha ganado al menos una etapa en cada una de sus cuatro participaciones anteriores en el Giro de Italia, dijo: “Estoy feliz de partecipar a la edición número cien. Me gusta mucho esta carrera. Yo no diría que no por lo que concierne ganar otra etapa, tenemos un equipo muy fuerte, tanto para las pruebas de velocidad que las etapas en línea. Si la primera etapa llegaría en el sprint el viernes, sería agradable llevar la Maglia Rosa por primera vez. En un grande Giro, sólo un máximo de 21 corredores entre los 198 pueden ganar una etapa, ser uno de ellos es siempre un gran éxito. Sobre el papel parece ser el mejor velocista, pero hay un grupo de velocistas de alta calidad como Caleb Ewan, Fernando Gaviria, Giacomo Nizzolo, etc. Son jóvenes que quieren enfrentarme, pero quiero desafiarlos. Este es mi decimocuarto Grand Tour, tengo más experiencia que ellos … pero a ellos de mi experiencia no le importa nada! Ellos tienen un gran futuro por delante y no será fácil ganarles “.
El escalador italiano Domenico Pozzovivo (AG2R La Mondiale), ganador ya previa de una etapa en el Giro y cuatro veces en los primeros 10 en la clasificación general del Giro, dijo: “Este es uno de los recorridors más difíciles que he enfrentado en el Giro. En la última semana no hay un día que no es importante para la clasificación general, a partir de la etapa 4 en el Etna se enfrentará etapas importantes. Etna me motiva de una manera única, a menudo voy allí para entrenar. Tengo un sentimiento especial con esa montaña. Viniendo del Sur también tengo una relación única con Sicilia. Además, dado que no hay pruebas de tiempo antes de la subida, es muy apta para mí, puedo soñar con la Maglia Rosa. Los juegos para los escaladores de este año se abrirán antes de lo habitual. Ya he terminado el Giro cuatro veces en los primeros 10, es mi meta este año, aunque sería aún más especial teniendo en cuenta de la larga lista de candidatos para la clasificación general en esta edición única. “