«Así como ayer, que fue un día más continuo de lluvia, no había viento y no resultó más complicado que por el mismo hecho de tener suelo mojado, hoy ha habido momentos en que pegaba bastante más aire e incrementaba la tensión y el peligro. Hemos procurado librar este día sin ningún problema y así poder entrar en Italia sin problemas y en las mejores condiciones». Las palabras de José Luis Jaimerena en Eurosport durante la tercera etapa del Giro de Italia -187 km entre Armagh y Dublín- resumían a la perfección la única estrategia de Movistar Team en el día que cerraba el periplo irlandés de la Corsa Rosa.
La escuadra telefónica repitió el comportamiento de ayer: sus mejores rodadores -con especial mención a un Fran Ventoso volcado por Nairo Quintana, incluso en días que favorecen sus opciones individuales- mantuvieron siempre la cabeza del pelotón, mientras el resto del bloque se ocupaba de atender cualquier necesidad de un Quintana que deberá empezar a estar vigilante el próximo miércoles, con el doble ascenso final en Viggiano. Tras un tramo final de tensión, con las únizas zonas abiertas al viento, y la neutralización de la fuga del día –Cecchinel (NRI), último superviviente, pereció a 7 km-, el sprint masivo decretaba la segunda victoria consecutiva de Kittel (GIA), en un duelo hasta la última pedalada ante el británico Swift (SKY).
Movistar Team se divide mañana lunes: mecánicos, masajistas y resto de staff cubrirán con calma durante las próximas dos jornadas el viaje de regreso hasta la Península, mientras corredores y directores tomarán a primera un vuelo hacia el sureste de Italia, donde les espera una segunda expedición que completará con ellos la carrera.
El martes, tras la jornada de descanso, un circuito urbano en Bari (8’3 km y ocho vueltas) en la etapa más breve del Giro: tan sólo 112 kilómetros con inicio en Giovinazzo, según informa el equipo navarro.