Cuando un ciclista no gana nada durante más de dos años, puede comenzar a cuestionarse a sí mismo o caer en la desesperación. No ha sido ese el caso de André Greipel. El pragmático alemán nunca perdió la fe y nunca perdió su pasión.
“Los últimos dos años no fueron los más fáciles de mi carrera”, admitió. “Pero en ese tiempo, todavía disfrutaba al andar en bicicleta porque esa ha sido siempre mi pasión. Para mi, es divertido correr. Es algo que realmente me gusta hacer”.
Corrió para Arkéa-Samsic durante menos de una temporada completa en 2019, y ambas partes acordaron rescindir su contrato antes de tiempo. Después de una victoria temprana ese año, “no volví a ganar, pero había razones, de salud y de equipo, digamos”.
Una lesión en el hombro en febrero del año pasado lo dejó fuera de acción durante tres meses, pero poco después la pandemia lo cerró todo. “Hizo que el calendario de carreras fuera totalmente diferente. Pero seguí creyendo en ello y finalmente volví a ganar una carrera”.
La idea de poner fin a su carrera nunca se consideró seriamente. “Cuando ya no estás alcanzando tus metas, siempre puedes pensar en dejarlo, pero esa no es la forma en que quiero terminar mi carrera. Siempre trato de cumplir mis objetivos y por eso estoy feliz de haber podido ganar de nuevo”.
La recortada temporada 2020 no le trajo al alemán muchas alegrías, pero esta campaña ya ha demostrado una importante mejoría terminando entre los seis primeros en cada etapa de sprint en el reciente Tour de Turquía. Una de las diferencias que señala es que “este año tuve el apoyo del equipo”.