Aunque para muchos aficionados, el japonés Koichi Nakano es el indiscutible rey en la historia de la velocidad gracias a sus diez títulos consecutivos como profesional en esta disciplina, los méritos del francés Daniel Yves Morelon pueden estar por encima si se tienen en cuenta otros factores.
Y es que el pistard galo -que cumplió 76 años el viernes 24 de julio–no sólo tiene siete títulos en velocidad (1966, 67, 69, 70, 71, 73 y 75), sino que además cosecha un interesante currículo en tándem, con un octavo arco iris en 1966, una plata y tres bronces, casi siempre en compañía de Pierre Trentin. En total, 16 medallas mundialistas y la mala suerte de haber competido solamente una vez en keirin, especialidad instaurada en 1980, siendo plata en esa única participación.
Durante casi un siglo, la mayor parte de las disciplinas de pista se dilucidaron en competiciones separadas para profesionales y para aficionados, una decisión absurda que en muchos momentos supuso que los mejores no se pudieran enfrentar entre sí, y con unos criterios poco claros en algunos casos para determinar qué corredores se debían encuadrar en cada grupo. Estaba claro que Nakano, prestigioso profesional en el keirin japonés -aunque no de los mejores, como erróneamente algunos han supuesto- estaba en un grupo, pero que los profesionales de Estado de los países del Telón de Acero fueran aficionados…
En cuanto a Morelon, prefirió competir casi toda su vida como amateur, lo que le permitió poder asistir hasta cuatro ediciones de los Juegos Olímpicos: bronce en velocidad y noveno en tándem en Tokio 1964; doble campeón olímpico, en dichas disciplinas en México 1968; un nuevo triunfo en velocidad en Munich 1962 acompañado del ‘chocolate’ en tándem, siempre con Trentin, y la despedida en Montreal 1976 con la plata olímpica en velocidad… sorprendido por un larguísimo ataque del checo Anton Tkác en la final. En aquella edición fue además el abanderado francés. Por todas estas medallas más -y por las que dejaría de ganar en los Mundiales de esos años en los que no había competiciones de las disciplinas olímpicas- quizá el palmarés de Morelon sea mucho más amplio del de Nakano, aunque le dejo a cada cual a quién de ellos quiere poner en la cúspide de la pirámide de sprinters.
Decíamos que la mayor parte de la carrera de Morelon fue como amateur, pero no toda. Y es que tras una breve retirada en 1977, para pasar a ser seleccionador galo, volvió efímeramente en 1980 como profesional, año en que ganó la medalla de plata em keirin antes reseñada.
En su trayectoria mantuvo una interesante rivalidad con Trentin, aunque éste, aparte de ser su ‘partenaire’ en tándem, se enfocó hacia pruebas más largas como el kilómetro, disciplina en la que fue campeón del mundo y olímpico.
Pero también tuvo otro rival como Gerard Quintyn, con el que lograría el bronce en 1970, pero con el que compartiría muchos años al frente de la selección francesa, con un trabajo conjunto y muchas veces con un cierto ‘pique’ entre ellos: mientras que Quintyn dirigía el INSEP en París, Morelon estaba a cargo del otro centro de alto rendimiento francés, en Hyères. Sea como fuere, de este trabajo conuunto salió la mejor hornada de velocistas galas de la historia, con los Florrian Rousseau, Arnaud Tournant, Laurent Gané o Mickael Bourgain, entre otros.
En 2005 le llegó la hora de la jubilación y dejó la selección gala a la par que Quintyn, aunque tuvo una experiencia efímera en 2007 cuando fue contratado por China de cara a los Juegos de Pekín, donde no se pudieron confirmar las esperanzas depositadas en la velocista Guo Shang. Y aunque oficialmente se retiró entonces, aún pudo vérsele cuatro años más tarde aconsejando a la selección oriental.