Los Juegos Olímpicos de 1956 estuvieron marcados por tres circunstancias. Por un lado, fueron los primeros que se disputaron en el hemisferio sur, lo que obligó a un ajuste de fechas retrasándose hasta casi el verano austral -22 de noviembre a 8 de diciembre-. Por otro, las estrictas normas de importación de caballos que exigían una larga cuarentena, por lo que se decidió disputar estas pruebas en unos Juegos Ecuestres que tuvieron lugar en junio en Estocolmo.
Finalmente, las invasiones de Israel a la península del Sinaí y la de la Unión Soviética a Hungría conllevaron varias renuncias como protesta, entre ellas España o Suiza, o la de China, en este caso por la admisión de Taiwan. Por el contrario, las dos Alemanias compitieron juntas bajo una misma bandera. Pese a ello, todos los grandes países estuvieron en Melbourne, aunque con una participación menor que ediciones precedentes debido a lo costoso del desplazamiento: 3.190 atletas.
Dentro del desarrollo de los Juegos, lo más reseñable fue la ceremonia de clausura: hasta ese momento se hacía con una mínima representación de cada país, pero en Melbourne -gracias a una petición de un niño australiano-, se hizo un desfile con todos los atletas marchando juntos, sin importar el país, como se hace desde entonces.
En lo que se refiere al ciclismo en pista, ninguna modificación en el programa -y sin presencia de mujeres aún-, que se desarrolló del 3 al 6 de diciembre con 106 pistards de 24 países, en el Olympic Park Velodrome, un recinto descubierto en cemento y de una cuerda de 333,33 metros, lo normal en aquella época. Fue demolido en 1972.
Leandro Faggin, más conocido por los cuatro títulos mundiales de persecución -marca igualada este año por Filippo Ganna-, con un total de doce medallas en esta disciplina, fue el ciclista más laureado en Melbourne, aunque lógicamente en otras modalidades. Por un lado, se impuso en el kilómetro, en donde aventajó en casi dos segundos a los otros medallistas, el checo Ladislav Foucek -el primero en salir, y que también se llevaría una plata en tandem- y el sudafricano Jimmy Swift.
Por otro, la persecución por equipos, donde el ya tradicional duelo entre Italia y Francia volvía a decantarse como en 1952 a favor de los ‘azzurri’. Acompañaron a Faggin, Valentino Gasparella, Antonio Domenicali y Franco Gandini, marcando en la final un tiempo de 4:37.4, mientras que por Francia compitieron Michael Vermeulin -ganador de la prueba de fondo-, Jean-Claude Lecante, René Bianchi y Jean Graczyk.
El bronce, para Gran Bretaña que superaba a Sudáfrica, con Don Burgess -que ya había logrado la misma medalla en Helsinki-, Mike Gambrill, John Geddes y Tom Simpson, quien no necesita presentación. De esta forma, se mantenía la tradición imperante desde 1932 de que fuesen estos tres países los que ocuparan el podio.
El vigente campeón del mundo, el francés Michel Rousseau, se hacía con el oro en velocidad, quizá por la ausencia de otro gran especialista como Gasparella -futuro bicampeón en esta modalidad- que se centró en la persecución por equipos. El galo superaba claramente en dos mangas a un Guglielmo Pesenti (Italia) que tuvo sus más y sus menos en su semifinal contra Dick Ploog (Australia), a la postre bronce, con una reclamación que no se resolvería hasta el día siguiente.
Por último, la velocidad tándem se fue para Australia con Ian Browne y Tony Marchant, que superaban a los checos Fouchek-Vaclav machek y a los italianos Giuseppe Ogna y Cesare Pinarello, el sobrino del legendario constructor que ya se había llevado el bronce cuatro años atrás.
Gracias por mencionar a Michel Rousseau en su articulo que acabo de leer.
Aidé Romero Rousseau-
Abogado en Peru y Espana- Escritora.
Saint Yrieix La Perche – Francia.
1° de Enero del 2024.
Michel antes de partir de este mundo, se reencontro con Dick Ploog, en su domicilio en la Gold Coast en Australia, cuando aun alli residiamos. Ya en Francia, rencontro anos mas tarde a Gugliiano Pesenti,en Maçon, en una reunion de ciclistas, mas tarde volvio a verlo, pero esta vez en sus funerales, para darle el ultimo adios, en esa competticion de y por, la que es la vida al final…… en que todos ya somos iguales. Merci..