Nicolás Van Looy / Ciclo21 – Enviado especial Calpe (Alicante)
Quedan sólo unos días para que comience su decimosegunda temporada en el pelotón internacional. Desde que debutara en 2005 en las filas del Euskaltel-Euskadi siempre ha estado enrolado en equipos World Tour. Nueve años en la escuadra vasca terminaron abruptamente cuando el conjunto desapareció en 2013. Comenzó entonces un invierno complicado que terminó con su llegada al Movistar, donde ha seguido durante dos años. Como entonces, este invierno las conversaciones para su recolocación en un nuevo equipo se han prolongado durante meses. Tanto que, como ya sucediera hace dos años, la sombra de una retirada forzada amenazó seriamente el futuro de Igor Antón.
Ahora, a sus 32 años, comienza una campaña en la que, además de aspirar a hacer cosas importantes y volver a encontrar en el Dimension Data el golpe de pedal que le caracterizó en su etapa del Euskaltel, será uno de los grandes mentores de Omar Fraile, una de las perlas de la cantera española. Concentrado con su equipo en la localidad alicantina de Calpe, habla en exclusiva para Ciclo 21 sobre lo ilusionante que le parece empezar uno de los grandes retos que le faltaban por completar en el ciclismo: correr para un equipo extranjero.
-Parece que ha tomado por costumbre apurar los plazos para firmar sus contratos porque este año, como ya sucediera tras la desaparición del Euskaltel-Euskadi, ha esperado hasta el último momento para firmar por Dimension Data.
-Bueno, ha sido algo circunstancial. ¿El motivo? A nadie se le escapa que cada vez está más complicado encontrar acomodo o que surja la posibilidad que tú estás buscando. También es verdad que si, como en este caso, es para encontrar un gran destino, la espera merece la pena. Ese momento de nervios o de incertidumbre que llegas a pasar te ayuda también a valorar mucho más lo que tienes.
-Pero dígame porqué ha tardado tanto en firmar. ¿Ha sido porque sólo se planteaba a firmar con un equipo World Tour o porque ninguna de las ofertas que le llegaban le satisfacía?
-Fue un poco de ambas cosas, pero sobre todo, quería encontrar algo especial. Tenía que reunir varios requisitos: uno, que fuera un equipo World Tour, algo que ya era complicado porque cada vez están más cerrados los equipos y dos, quería tener la experiencia de correr en un equipo extranjero. Con todo eso, creo que he acabado en el lugar ideal. Primero, porque es un equipo de habla inglesa, que es una de las cosas que andaba buscando y porque es un equipo con muy buenos mimbres. Se ve la progresión que lleva. Sólo hay que ver cómo ha ido subiendo en los últimos años. ¡Creo que es exactamente lo que buscaba: una cosa tan buena como diferente!
-Permítame detenerme en ese punto por un momento. Viene usted de las dos grandes estructuras del ciclismo español de la última década: Euskaltel-Euskadi y Movistar. Ahora desembarca en el único equipo WT africano, ¿nota de alguna manera ese cambio fuera, evidentemente, de las diferencias obvias?
-Es cierto que, por el momento, prácticamente no he estado haciendo mucha vida con el equipo. Esta es mi primera concentración y, aparte del contacto que hemos tenido esta semana, apenas ha habido algún que otro email y poco más. Tengo que ir aprendiendo y construyendo en ese sentido. Pese a todo ello, sí puedo decirte que he notado algunos detalles o algunas formas que son distintas. Aquí ahora mismo tenemos a varios sudafricanos y un argelino. Es otra cultura, otra forma de pensar… son cosas que a mí me gustan. Ellos te enseñan muchas cosas y tú a ellos. Es algo muy bonito de vivir. Creo que el ciclismo puede meter un empujón muy grande desde África en los próximos años.
-El ciclismo, efectivamente, puede vivir un impulso desde África, pero este equipo tiene una tradición solidaria con aquel continente. ¿Ya le han planificado alguna acción en este sentido?
-Todavía no. Tenemos ese mensaje de solidaridad con la gente de África. Este equipo es mundial y creo que va a repercutir en que el mensaje sea escuchado en todo el planeta. Pero todavía no tengo nada concreto planificado en este sentido.
-Hablemos ya de sus objetivos para esta temporada y, a grandes rasgos, su calendario pasa por el doblete Giro-Vuelta.
-Sí. En principio, no miro más allá del Giro que es hasta donde hemos planificado todo al detalle. Empiezo en Mallorca, seguiré en Andalucía, Catalunya, País Vasco, Flecha, Lieja y una carrera que me hace mucha ilusión correrla que es el Tour de Yorkshire. De ahí iré al Giro. En función de todo eso planificaremos la segunda parte de la temporada junto al equipo.
-¿Ha pedido que le metan un poco más de presión en el Dimension Data? Se lo pregunto porque en el pasado comentó que uno de los motivos por los que no acabó de rendir al cien por cien en Movistar fue, precisamente, que le gusta estar presionado, algo que allí no sucedía.
-Quizás un punto sí. ¡No quiero decir que con presión es donde mejor me sienta!, pero la presión en su justa medida es muy buena y a mí me ha venido muy bien en otros años. Creo que necesito una mezcla de las dos cosas. Sé que tengo que hacerlo mejor. Eso lo tengo clarísimo y creo que tengo condición para ello. Debo de saber situarme en algunos momentos. En Movistar andaba, quizás, algo perdido y me costaba mucho sacar mi máximo.
-Estuvo en el equipo que ganó el Giro con Nairo Quintana y el pasado año consiguió volver a ganar, algo que no sucedía desde 2011. ¿Qué fue más especial para usted?
-Siempre es ganar. Son cosas y sentimientos distintos porque llegar con Nairo de rosa a Trieste después de lo duro que fue ese Giro en términos de control y de ayudar a Nairo, fue algo muy especial. Para mí era un trabajo relativamente nuevo. No del todo porque con Samu también estuve algunos años ayudándole, pero esto era distinto. Conseguir el objetivo de ganar una gran vuelta y ser uno de los nueve corredores del equipo que lo logró es un recuerdo imborrable. Pero ya te digo que ganar de nuevo y hacerlo con los colores de Movistar es algo que me hizo mucha ilusión.
-Mirando su calendario y el del resto de los miembros de su nuevo equipo, tiendo a pensar que uno de los lugares donde debemos de esperar cosas importantes por su parte es en las clásicas de las Ardenas. ¿Me equivoco?
-Sí, absolutamente. Además, son las dos carreras de un día que más me gustan. Siempre he dicho que para mí, la más bonita de todas es la Lieja. Creo que es donde más nivel se puede encontrar porque los que están preparando el Tour acaban aquí ese primer pico de forma y los que van al Giro también están muy bien. Si lo haces bien, es un gran escenario.
-No quiero ofenderle al definirle como un gran veterano con 32 años, pero comparado con su nuevo compañero de equipo, Omar Fraile, tiene usted una gran experiencia acumulada. Van a compartir ambos gran parte del calendario, ¿qué potencial de progresión le ve?
-¡Sin duda tiene un gran potencial! No le conozco de muchos años, pero se le ve la garra que tiene. Tiene unas garras tremendas. A veces hay que decirle que vaya poco a poco y que no se emocione. Tiene que saber que esto no es siempre lineal y que las cosas se pueden poner difíciles. ¡Se nota le edad en esos detalles! Es donde te das cuenta que, como es lógico, todavía le queda mucho por saber y por aprender. Eso sí, va en un camino excepcional y ha dado el paso definitivo para empezar a sacar lo máximo en este equipo.
-Precisamente porque la veteranía es un grado, ya conoce la cara y la cruz del ciclismo. ¿Afronta este año de alguna manera distinta a los años anteriores?
-No soy un corredor al que le guste especialmente marcarme puntos o fechas concretas, pero sí fijarme en épocas. Ojalá pueda estar bien a partir de País Vasco hasta, como me decías antes, la Lieja y mantener ese punto hasta el Giro porque creo que es una carrera que me va bien. El año pasado no lo conseguí porque no supe que lo iba a correr hasta el último momento. Este año, sin embargo, saber que lo voy a correr espero que me ayude a llegar en óptimas condiciones.
-Ha vuelto a mencionar las clásicas… habrá aprendido bastante estos años con Valverde.
-No coincidí mucho con él, pero cada vez que lo hacía era una gozada. Estos dos últimos años me quedé sin correr las Ardenas y me dio mucha pena, pero las he corrido antes e incluso un año entré en la recta final en el mismo grupo que él.
-El año pasado su compañero Daniel Teklehaimanot, más conocido como Tekle, fue una de las sensaciones del Tour…
-¡Sí, y todavía no he coincidido con él! Tengo ganas de conocerle. Imagino que es un chaval con una trayectoria muy complicada, pero para hacer lo que él ha hecho ¡hay que saber andar en bici! ¡Recuerdo que su primera victoria fue en Ordizia!
-Se lo decía porque con el fichaje de Cavendish y con ‘Tekle’, aunque usted no vaya a estar en la carrera, el objetivo del Tour ya no puede ser el mismo que en años anteriores. Toca dar un salto de calidad.
-No puedo opinar sobre eso porque no sé cómo vamos a enfocar el Tour. El fichaje de Mark Cavendish es la clave. Creo que si consigue una etapa el objetivo está más que cumplido… no sería el caso de cualquier equipo porque hay cuatro equipos punteros cuyas miras están mucho más altas, pero para el resto, una etapa del Tour justifica toda la temporada. Así es el Tour.
-Déjeme que regrese al principio y le vuelva a preguntar por este invierno de búsqueda de equipo. ¿Se llegó a ver fuera del ciclismo?
-Sí. Te diría que hace dos años lo intuí, pero este año lo vi mucho más claro. Llegó un momento que lo veía muy difícil. Aposté por una cosa [su fichaje por el Dimension Data] que sabía que era muy complicada desde el principio, pero por fortuna el tiempo me ha dado la razón. Es hace que ahora esté mucho más contento. Sé que algún día llegará el final, pero creo que todavía no es el momento. Si hay algo que me faltaba en el ciclismo era vivir la experiencia que voy a tener ahora: correr para un equipo de fuera.