Igor Antón (1983, Dimension Data) ya es un veterano del pelotón. No obstante, cumplirá 35 años en 2018 y afrontará su décimocuarta temporada como profesional, con nuevas motivaciones y nuevos roles, en este caso como gregario de Louis Meintjes en la montaña.
Antón repetirá el doblete Giro de Italia y Vuelta a España. No descarta, es su ambición, “volver a tener un día grande” para alcanzar un resultado que recompense la confianza de su equipo. El escalador vasco avanza la que será su temporada después de su concentración en Sudáfrica en la que también pudieron desarrollar una labor social de reparto de bicicletas.
-¿Qué experiencias se trae de su concentración en Ciudad del Cabo?
-Puedo contar una anécdota que viví en primera persona. Le preguntamos a una niña qué distancia tenía de su casa al colegio y nos dijo: “seis”. No sabía si seis kilómetros es una distancia larga, y le volvimos a preguntar… Y no eran seis kilómetros, ¡eran seis horas! Entonces te das cuenta de las circunstancias en las que viven, en una cosa tan sencilla como es el colegio. Al final, con una bicicleta puedes recortar, que de esas seis horas sea una hora de ida y otra de vuelta. Y luego está la sonrisa que les ves. Se trata de intentar que su vida y su futuro sean un poco mejor.
-Finalmente sigue un año más en activo en profesionales y con ilusión.
-Será mi tercer año en este equipo y mi temporada 14. Estar un año más significa que me saben valorar y que creen que tengo un hueco. Yo soy el primero que me he animado a seguir un año más porque el año pasado tuve momentos interesantes que me daban la ilusión de poder continuar. Ya estoy más adaptado. Sí que me da pena no tener a Omar (Fraile) al lado, pero ya conozco a todo el staff, y estoy encantado. La verdad es que es un equipo especial.
-¿Qué le gustaría conseguir? ¿Qué le ha pedido el equipo?
-Por soñar, me gustaría poder conseguir un buen resultado, volver a tener un día grande. O intentarlo. Pero es verdad que, con 35 años que voy a hacer en marzo, y mi experiencia, mi trabajo pasará también por ayudar a Louis Meintjes en carreras de tres semanas. Posiblemente, en este caso será el Giro y la Vuelta, las dos grandes que he corrido en los últimos años. En el equipo me han sabido valorar esta faceta.
-¿Qué esperan en el equipo de Meintjes?
-Su objetivo número uno va a ser el Giro. Está claro que es un corredor que se está consolidando, es joven, y sus resultados están ahí, tres veces entre los diez primeros en grandes vueltas. Tienen un proyecto con él en el equipo, de aquí unos años alcanzar la victoria en una grande o hacer podio, que sería un paso de gigante para poner el ciclismo africano, en este caso sudafricano, arriba del todo.
-Con el doblete Giro-Vuelta se siente cómodo
-Sí, creo que son las dos grandes que mejor se me adaptan y las que más he corrido. Sí que es cierto que es un reto difícil, y cuando pasan los años cuesta un poco más. Como en cualquier grande, la preparación para tres semanas es muy larga y exigente, la propia carrera es muy exigente. Y cada año diría que más. Se está volviendo más elitista. Ya no es aquella Vuelta a España donde a lo mejor había corredores que llegaban de relleno. Cada año Vuelta y Giro están teniendo más repercusión, más nivel, y se está complicando un poquito más.
-¿Conoce su calendario de la temporada?
-Vuelta Comunidad Valenciana, Vuelta Algarve, Volta Catalunya, Vuelta País Vasco, Tour Alps, Giro Italia, Tour Austria, Clásica San Sebastián, Vuelta a Burgos y Vuelta a España. Casi un calco del de la pasada temporada.
-¿Cuál es su trabajo a partir de ahora y durante el invierno?
-Ahora voy poco a poco. Como el Giro es en mayo tampoco me toca acelerar, pero es verdad que la base es importante. Es más o menos como los últimos años. En octubre descansé y en noviembre es otra vez la toma de contacto: he hecho gimnasio, monte… No demasiadas horas de bici, a intensidades bajas, pero hay que ir controlando, sobre todo que no se te vaya el peso. En este mes también disfrutas. En diciembre toca apretar más y en enero es la primera concentración del equipo en Calpe. Para mí es una gozada porque no me tengo que ir lejos. En diciembre, he liado a la familia y vamos a pasar las Navidades a Canarias, una semana. Y también descubrí la zona de Segorbe y si tengo que entrenar unos días sí o sí, aseguras porque el clima mejora mucho en esa zona.