Ciclo21 Portal de ciclismo
Ion Izagirre celebra su triunfo en Niza / © Cor Vos
Ion Izagirre llega fresco a la Vuelta a España y con el claro objetivo de «superar» su resultado del año pasado, cuando fue noveno. Sus sensaciones son óptimas, después de dos meses de descanso y preparación en casa.
Este 2019, Ion Izagirre ganó la Itzulia y la Volta a la Comunitat Valenciana, ganó una etapa en la París-Niza, fue segundo en la Vuelta a Andalucía y acompañó a Miguel Ángel López en el Giro de Italia con el que ahora compartirá galones en La Vuelta.
¿Cómo afronta la Vuelta a España?
Todo ha ido por el buen camino, sin ningún contratiempo: ni caídas, ni lesiones, ni enfermedades. He podido entrenar bien, sin ningún problema, y esperamos seguir así hasta la Vuelta. El objetivo es superar y mejorar el puesto que hice el año pasado para intentar hacer una buena general, sabiendo que es difícil porque son tres semanas y pueden pasar mil cosas.
El Tour de Polonia fue su carrera de preparación, ¿qué balance hace?
Fue bueno. Sabía que después de casi dos meses sin correr, salvo los Campeonatos, el objetivo era ver dónde estaba, en qué punto, y las sensaciones han sido muy buenas. Eso era lo importante, sabes cómo estaba cara a la Vuelta a España. Sí me quedé con un sabor amargo porque me veía competitivo, con ganas de hacer más –acabó 11º, a siete segundos del podio-. Con la desgraciada muerte de Lambrecht, la etapa que se neutralizó, se quedó una vuelta rara. Los dos últimos días fueron duros pero no lo suficientes para hacer diferencias.
El año pasado, llegó con mucho más días de competición a la Vuelta.
Soy un corredor que compito bastante y disputo todo. El año pasado llegué con mucha carga de competición y lo noté, sobre todo en la última semana de la Vuelta. Este año cambié el calendario, con el Giro, y el descanso después del Giro, en casa, con la familia, me ha venido fenomenal. No he hecho altura. Es otro tipo de planteamiento, entrenando en casa. Ya veremos hasta qué punto lo hemos preparado bien y la carrera nos pondrá en nuestro sitio.
En mayo, disputó el Giro de Italia, ¿qué sabor le dejó?
No me salió un buen Giro sinceramente. Esperaba haber estado más cerca de López en la Montaña. Después de las clásicas, me sentí un poco saturado entre competiciones, entrenamientos, concentraciones en altura, y me vine abajó sicológicamente. Me pesaron las tres semanas. La verdad es que no lo afronté de la mejor manera. Y se vio, porque no fui yo al cien por cien. Tengo esa pena. Ahora con este descanso he podido cargar pilas y empezar de cero.
Astana tendrá en Miguel Ángel López el otro líder, ¿piensa que es beneficioso afrontar la carrera con dos bazas?
Yo creo que sí. Es cierto que cuando tienes un líder sabes a lo que vas y todos a una. Cuando hay dos, se reparten el liderazgo y la presión. Te puedes permitir más tranquilidad en ciertas circunstancias; esa presión se puede separar en dos y se puede llevar mejor.
¿Qué le parece el recorrido?
Tiene bastante montaña, sobre todo la parte final, Machucos, Acebo, La Cubilla, las etapas de Cantabria y Asturias, las sierras de Madrid y Ávila… Hay mucho terreno para hacer daño al final de la Vuelta. Y luego están esas llegadas típicas de la Vuelta como Mas de La Costa, puertos duros, de mucho porcentaje.
Y hay dos contrarreloj que le pueden venir bien.
Empezamos con una contrarreloj por equipos. Empezar bien es clave. Y tener un buen equipo que te arrope es fundamental. Y luego está la crono de Pau. Es bastante dura y las diferencias serán importantes.
¿Cuál sería su calendario después de la Vuelta?
Las clásicas de Italia para terminar en Lombardía. ¿El Mundial? La Vuelta es una carrera clave para decidir la selección. Me gustaría correrlo desde luego.
