Nicolás Van Looy / Ciclo21 – Altea
Hace mucho, demasiado, que Ion Izagirre (Ormaitzegi, 4 de febrero de 1989) se asentó como uno de los grandes referentes del ciclismo español. Uno de los puntales de esa generación que en tierra de nadie ha vivido muchos años eclipsada por el espectacular brillo de los tres magníficos que marcaron los primeros años de este siglo –de la que Alejandro Valverde es el último e irreductible exponente– y que transita, quizás injustamente valorada, hacia una época en la que serán los que deban dar el relevo natural a esos jóvenes valores que, personificados en los Marc Soler, Iván García Cortina o Enric Mas, vienen empujando, descarados e insolentes, a grandes zancadas.
Tras dos años en Bahrain-Merida, el pequeño de los Izagirre ha vuelto a unir su futuro al de su hermano Gorka y ambos han puesto rumbo a un Astana que, de nuevo, ha revolucionado su plantilla buscando no sólo rodear de lo mejor a Miguel Ángel Superman López en las grandes vueltas –el favoritismo de Jakob Fuglsang es una realidad mucho más etérea– sino, por supuesto, no renunciar a repetir una temporada como la de 2018, en la que su ciclismo ofensivo y, en ocasiones, aparentemente suicida, les reportó una treintena de triunfos en pruebas de no poco valor.
Tras abandonar los dos equipos de casa (corrió en Esukaltel entre 2011 y 2013 y Movistar entre 2014 y 2016) Izagirre afronta su segunda aventura foránea asentado como uno de los nobles del pelotón internacional y, sobre todo, con el punto de madurez suficiente para afrontar los que deben ser sus mejores años como profesional. El español, que completaba su primera concentración con su nuevo equipo en la localidad alicantina de Altea, tiene, eso sí, una tarea pendiente que, por su forma de correr y a poco que le acompañe la suerte, podrá completar en Astana: volver a ganar. El guipuzcoano no levanta los brazos desde aquella ya lejana 20ª etapa del Tour de Francia de 2016 con final en Morzine. Demasiado tiempo para un hombre como él.
– Llama la atención que su hermano y usted, él después de sólo un año en Bahrain-Merida, hayan decidido cambiar de aires. ¿Cuáles han sido los motivos de esta decisión?
– Ha venido así. El año pasado tocaba renovación y no pudimos llegar a un acuerdo con Bahrain-Merida y llegamos a un acuerdo con Astana. Surgió así. Hasta ahora hemos ido los dos juntos y aquí estamos.
– ¿Qué grado de importancia tiene, metido ya en carrera, tener a su hermano a su lado?
– Siempre he dicho que es un apoyo. Es uno de casa que me conoce y al que yo conozco mejor que nadie. Es un complemento. Nos entendemos perfectamente. Psicológicamente es un apoyo y en carrera me da mucha tranquilidad en esos momentos que necesitamos un apoyo extra. Siempre he dicho que es el que me motiva.
– El equipo tiene claro que acudirá con Superman al Giro y con Fuglsang al Tour, pero poco o nada se ha hablado de la Vuelta a España. ¿Usted ha llegado a hablar de ello con los responsables del equipo?
– No. En cuanto al calendario, el modo de trabajo de ellos es dar el trabajo hasta el Giro o el Tour y la verdad es que no hemos hablado de la segunda parte. Todavía queda lejos.
– ¿Qué calendario tiene previsto usted?
– Empezaré en Valencia y seguiré con Ruta del Sol, París-Niza, la carrera de casa, País Vasco; Amstel y Lieja y de allí al Giro.
– Con Miguel Ángel López como jefe de filas para el Giro, ¿queda absolutamente todo supeditado a él o tendrá libertad de movimiento?
– He hablado al respecto con el equipo y les pregunté qué idea tenían sobre mí en el Giro. Si querían que estuviese como segundo espada o si querían que estuviese con Miguel Ángel en las etapas más complicadas y ellos me han exigido estar al lado de Miguel Ángel. Está claro que él es el líder y yo estaré para echarle una mano.
– Usted le conoce como rival. Ya ha estado en el podio de dos grandes vueltas, pero sigue siendo un corredor muy joven. Entre lo que sabía de él y lo que ha vivido estos primeros días de concentración, ¿qué opinión tiene de Superman?
– No había tratado mucho con él en el pelotón. Se ha visto que ha hecho un año muy regular. Desde las primeras carreras a las últimas siempre ha estado en el podio. Como tú has dicho, haber hecho esos dos podios y, sobre todo, la regularidad que tiene, demuestran su calidad. Ahora llevamos diez días juntos, pero no estamos en el mismo grupo de entrenamiento, pero sí en las comidas y demás y se ve un chaval alegre y con mucha vida.
– Luis León Sánchez me decía el año pasado, en este mismo lugar, que el mayor problema de Miguel Ángel López podía ser la impulsividad características del joven. ¿Cree que su aporte de experiencia será importante en su labor de gregario de lujo en el Giro?
– Espero que sí. Esa es también una labor de equipo. No sólo es protegerle y llevarle a las buenas posiciones, sino también ayudarle en términos de estrategia y carrera dentro de carrera. Hemos visto que siendo joven va cogiendo experiencia, pero haremos todo lo que podamos.
– No gana usted desde la etapa del Tour de 2016. ¿Le preocupa esa sequía?
– Yo no lo llamaría preocupación. Son ganas de levantar los brazos de una vez. Se llama así. Es bastante tiempo sin una victoria, que quieras que no cuesta. Estos dos últimos años en Bahrain me ha faltado el triunfo. He hecho buenas carreras, pero no he podido poner la guinda. En ese sentido, los cambios siempre ayudan a buscar otros objetivos o a tener un poco más de hambre, así que esperemos que este año podamos levantar los brazos.
– Vuelvo a la cuestión que le preguntaba al principio. El año pasado, Astana obtuvo cerca de 30 triunfos con muchos corredores distintos gracias, entre otras cosas, a que corrieron muchas pruebas sin un líder claro. ¿Le atraía salir de Bahrain para llegar a un equipo donde pudiera disfrutar de un mayor grado de libertad?
– No sé si libertad, pero es verdad que viendo su manera de correr agresivo lo convierten en un equipo que atrae. Tienen muchos años de historia y es un equipo sólido, potente y estructurado. Creo que mi perfil encaja en esta mentalidad y su modo de correr y eso es un plus.
– Sin duda, la primera parte de la temporada estará enfocada en llegar al cien por cien al Giro, pero ¿qué objetivos personales tiene en el resto de carreras antes de llegar a Italia?
– Sobre todo, estar bien en París-Niza y País Vasco. Son dos carreras que me están saliendo bastante bien y querría tener una buena actuación ahí.
– ¿Qué opinión le merece el recorrido del Giro?
– La última semana tan dura me atrae, pero como va Miguel Ángel como líder, no lo tengo como objetivo principal. Es un recorrido muy bonito, sobre todo esa dureza que se deja caer sobre la tercera semana. Habrá que llegar bien de fuerzas.
– Se ha encontrado aquí, por decirlo de algún modo, con medio Euskaltel de hace años. ¿Provoca algún sentimiento especial?
– Te encuentras a viejos amigos. Antes te los encontrabas en el pelotón y ahora compartes equipo. No sólo con Omar o Peio, sino también con la médico, Raquel, o el ingeniero, Iván. Nos conocemos de hace mucho y a la hora de la integración todo se hace más fácil.
– Bahrain fue, tras Euskaltel y Movistar, su primera experiencia fuera de España. ¿Cómo han sido esos dos años?
– Ha sido una experiencia buena. Siempre tienes miedo. Estás en esa burbuja de estabilidad y comodidad de estar en equipos de casa, rodeado casi de amigos y en los que el idioma no era un lastre. A la hora de ir a un equipo extranjero rompías esa burbuja. Cambiaba todo. La estructura, la manera de trabajar, la gente, el idioma… Tu mentalidad también se abre un poco y te tienes que hacer a ello.
– ¿Con qué se queda de estos dos años?
– Con el modo de trabajo que tienen, que es diferente al de Movistar. Se enfocan más al trabajo en concentraciones, en altura, en pretemporada para conocer a la gente… He conocido gente muy profesional y fantástica.
– El 4 de febrero cumplirá 30 años. Por edad, se supone que estos son sus mejores años. Ese cambio que acaba de comentar, ¿le ha hecho descubrir en estos dos años algo de usted que no conociese antes?
– No. Son años de experiencia que vas acumulando y te vas conociendo más a fondo en cosas como el tipo de alimentación, descanso, entrenamientos… Vas probando de uno y de otro y vas viendo cómo afecta a tu rendimiento. Eso es lo que cojo.