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Faltaban todavía algo más de 100 kilómetros para el final de la Vuelta a Flandes de 2015 cuando ante los atónitos y aterrorizados ojos de millones de espectadores el australiano Jesse Sergent, ahora ya retirado y entonces en las filas del Trek, salía disparado al ser atropellado por el coche de asistencia neutra que intentaba adelantar al grupo en el que rodaba el mencionado ciclista. Un accidente que no sería el único protagonizado en esa carrera por los llamados coches azules de Shimano, empresa que en las pruebas de Flanders Classics (y otros organizadores) se encargan de la asistencia neutra.
Como ya indicamos en su momento, el coche que se llevó por delante a Jesse Sergent era conducido ese día por un agente de policía con amplia experiencia en labores de conducción tanto de coches como motos en pruebas ciclistas, por lo que la falta de pericia o desconocimiento de la normativa quedaron pronto fuera de cualquier teoría que buscara una explicación al accidente.
Esta semana el juzgado de Oudenaarde ha dictado sentencia en el proceso abierto contra el agente de policía al que ha sentenciado al pago de una multa de 150 euros como único responsable del atropello del corredor australiano. Una multa que resulta irrisoria a todas luces, aunque el triste protagonista de esta historia asegura que “es un día que me va a acompañar para el resto de mis días”.
La abogada de Mario S., de 44 años y jefe de policía en la zona de Hageland, solicitó la libre absolución de su defendido al considerar que “lo sucedido no fue más que un desgraciado accidente” y que su cliente “hizo todo lo necesario para adelantar al grupo de corredores de forma segura, haciendo sonar el claxon de su coche en repetidas ocasiones antes de adelantar”.
Pese a que la multa de 150 euros parece realmente una condena ridícula teniendo en cuenta que Sergent tuvo que abandonar la práctica del ciclismo el pasado mes de junio a los 27 años tras no haber conseguido nunca recuperarse del todo de las lesiones sufridas ese día, el magistrado que dictó sentencia en este caso fue categórico a la hora de desestimar la teoría de la defensora del conductor del coche neutro y en la misma sentencia asegura que “nunca puede tratar de trasladarse la responsabilidad del atropello al corredor” y añade un demoledor “como conductor en carrera y, sobre todo, como agente de la policía, debería de haber sabido maniobrar mejor”.
La Vuelta a Flandes de 2020 saldrá de het Kiel
Con cerca de 20.000 habitantes, het Kiel es un popular barrio situado al sur del centro de Amberes en el que en el año 1920 se celebraron los Juegos de la VII Olimpiada con la participación, récord para la época, de 2.626 atletas. La ciudad belga fue elegida como sede de aquellos JJOO como homenaje a todos los caídos y heridos en la I Guerra Mundial, que en aquel entonces era conocida como la Gran Guerra y, por primera vez en la historia, se realizó el Juramento de los Atletas y, también por primera vez en este evento deportivo, ondeó en el estadio de Het Kiel la bandera olímpica.
Precisamente, ese mismo Estadio Olímpico de Het Kiel, donde siempre disputó sus partidos –hasta su desaparición en 2013– el Beerschot, fundado en ese mismo 1920, podría convertirse en el punto de partida de la Vuelta a Flandes de 2020 en señal de homenaje y conmemoración del 100º aniversario de aquellos Juegos Olímpicos.
Con una capacidad de algo más de 12.000 espectadores en sus gradas (más de 15.000 para conciertos y otros eventos), el Estadio Olímpico podría servir como punto de partida antes de que el pelotón, neutralizado, ruede durante varios kilómetros de forma neutralizada por las calles de Het Kiel.