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Con el seleccionador nacional, en los Mundiales de El Cairo © UCI
Fue a comienzos de abril del año pasado cuando supe por primera vez de Isabella Maria Escalera, al ganar la prueba de la Liga de pista en Tafalla, con los colores del Rio Mera-Meruelo. Por ello, contacté con los hermanos San Emeterio, como responsables del conjunto cántabro, quienes me dieron algunos datos sobre esta ciclista inglesa de padre español que en apenas doce meses ha demostrado su talento como pistard.
Desde ese momento realicé un particular seguimiento sobre ‘Izzy’, el nombre por el que es conocida, pero quería conocer algo más sobre cómo había recalado este diamante en bruto en España, y más en un lugar como Cadalso de los Vidrios, donde reside su preparador, César Neira. Y nada mejor que hablar sobre ello pocos días después de sus primeros Campeonatos de España de pista absolutos, en Mallorca, de donde salía con la medalla de plata en la madison, y la sexta plaza en el ómnium -segunda sub23-, y donde recibió el apoyo de sus padres.
Como otros muchos británicos, los Juegos Olímpicos de Londres supusieron que se interesase por el ciclismo, tras haber practicado ballet y natación en su infancia. Y rápidamente cogió bastante nivel con la bicicleta: como nos cuenta, sin ninguna pretensión de presumir, “en estos años ganaba a Zoe Backstedt”, la inglesa que en 2021 causaba sensación ganando oros mundiales y continentales en carretera, ciclocross y pista. Sin embargo, como junior, ya era consciente de que no estaba entre las tres o cuatro mejores de su país, pero podía estarlo en España, el país de origen de su padre, y en donde todavía reside su abuelo… aunque nuestra nación le resultara casi completamente desconocida.
“Yo entreno a otro inglés, Santiago Cadavid, cuyos padres son amigos de los de Izzy. Y así surgió la oportunidad de venirse a España, a principios del año pasado”, cuenta Neira. “Y hace falta ser muy valiente para lanzarse a una aventura así, con apenas diecisiete años, sin conocer a nadie y también en un lugar tan pequeño como Cadalso de los Vidrios, tan diferente de lo que conocía”. Y pronto se comenzó a oír hablar en el pelotón de ‘la inglesa’, no sólo por sus tremendas cualidades, sino por su carácter ofensivo. Pero, además, los perfiles más accidentados que los ondulados ingleses y el buen tiempo, le permitieron mejorar bastante. “Creo que me convertí en una ciclista diferente”, explicaba en su blog, en el que cuenta todas sus experiencias.
Nuevo pasaporte: cinco medallas en Galapagar
Sin embargo, el punto de inflexión de su carrera llegó en los Campeonatos de España de pista, celebrados en agosto en Galapagar. Tras haber conseguido el pasaporte español pocas semanas antes, pudo participar en los Nacionales, de donde salió con dos medallas de plata -persecución y velocidad- y tres de oro -500 metros, velocidad por equipos y eliminación–, aparte de un récord nacional de persecución (2:29.732) que le arrebataría Ainara Albert algunos minutos después.
“No tenía mucha idea de correr en pista cuando llegué a España, pero fue una gran oportunidad y disfruté. Y, además, me surgió la oportunidad de acudir con la selección al Europeo y al Mundial”. Dos eventos que le supusieron una gran experiencia en lo personal y en lo profesional: en Apeldoorn quedaba novena en persecución, con una mejor marca personal (2:27.825) y octava en madison; en El Cairo, sexta en eliminación, octava en persecución, décima en madison y decimotercera en ómnium aparte de una notable actuación en el scratch donde sorprendió por su valentía al atacar que no se tradujo en un puesto destacado.
Desde ese momento, ‘Izzy’ se ha convertido en una fija en los planes de futuro de Juan Martínez Oliver. Y aunque ha fichado por el equipo UCI leonés Eneicat, la pista continuará siendo una prioridad. Como nos explica Neira, “tiene unas enormes cualidades para la persecución. Y en el Europeo, el tiempo que hizo fue el mismo que hizo en ese paso de los dos kilómetros la italiana Zanardi, que sería la campeona sub23. Es algo que vamos a trabajar principalmente”.
«Tengo que mejorar mi sprint»
El otro objetivo es el ómnium. “No es la carrera que más me gusta, pero al ser olímpica, tengo que centrarme en ella -nos explica la corredora-. Tengo que mejorar mi sprint, para tener más opciones en pruebas como el scratch, y que no me pase como en Mallorca, donde perdí fuerzas al tener que atacar de lejos». Por el contrario, nos dice que «la eliminación es la prueba que más me gusta”.
Y aunque no quedó muy satisfecha de cómo corrió el ómnium, al final se quedaba segunda entre las sub23, a apenas dos puntos de Naia Amondarain, la mejor en esta categoría, que era la distancia que le separó también del podio. “Llegué a la puntuación sin fe de subir al podio, porque iba muy lejos, pero pude meterme al final en carrera… y el resultado fue bastante agridulce”, explicaba la corredora. Sin embargo, opinaba de una forma mucho más positiva de la madison, donde, junto a Eva Anguela, subía al podio a por la medalla de plata. “Éramos la única pareja sub23 completa, y creo formamos un buen equipo, porque ella va mejor en los sprints y yo en el fondo. Hicimos una carrera muy buena y llegamos con opciones al último sprint”, donde la experiencia de Tania Calvo fue decisiva para hacerse con esa decisiva puntuación.
Aunque hay una concentración la próxima semana con la selección nacional, aún faltan muchos meses para ese gran objetivo que es el Europeo, el mes de julio en Anadia (Portugal). Mientras tanto, el inicio de la competición en carretera y una vida más integrada en Cadalso. “Poco a poco me voy sintiendo más española -aunque todavía mantiene su cuenta de WhatsApp en su número inglés-. Aparte de correr, estudio para tener el título para enseñar inglés, y doy alguna clase particular”. Todo ello bajo el atento cuidado de Neira. “Le estoy muy agradecida por todo lo que está haciendo por mí”, a lo que su preparador responde, “es muy buena chica, es como una hija para mí”.
