El cansancio de 21 días de competición consecutivos, 69 desde que comenzó la temporada, comienza a notarse en el rostro y los gestos de Jaime Rosón (Zamora, 13 de enero de 1993), que este año ha dado un enorme salto de calidad que le ha servido para dar el paso, a partir del próximo día 1 de enero, de la categoría continental profesional, donde ha militado estos dos años y medio con el Caja Rural-RGA, al World Tour de la mano de Movistar.
En su campaña, no sólo destaca la victoria conseguida en el Tour de Croacia, que sería lo más llamativo en términos resultadistas, sino que si acercamos la lupa a los detalles, son dignos de mención el segundo puesto en la general de esa misma carrera balcánica, el segundo lugar obtenido en la general de la Vuelta a Castilla y León por detrás, nada más y nada menos, que del último hombre que ha conseguido la triple corona de las grandes vueltas, Vincenzo Nibali y el quinto puesto de una Vuelta a Burgos donde Mikel Landa, en estado de gracia tras el Tour de Francia, se mostró intratable y donde sólo la dupla de Quick Step formada por Enric Mas y David de la Cruz y el mejor corredor joven de esta Vuelta a España, Miguel Ángel, Superman, López pudieron superarle.
Todo ello, unido a que “este año he hecho top15 en la mayoría de las carreras en las que he participado”, le han llevado a liderar el Top Ciclo21 al mejor corredor español sub26. El cansancio, decíamos, se nota en el rostro, afilado y anguloso como corresponde a un corredor en plena forma. La Vuelta pasa factura y los cambios de temperatura de estas últimas semanas, también. Los organismos de los ciclistas se llevan al límite diariamente y, tras días en los que la lluvia se ha alternado con el sol, no es raro que, como dice, tenga “unos pocos mocos”. Por fortuna, sólo quedan dos días para terminar esta aventura. Uno de ellos, en sólo unos minutos, el temido día del Angliru.
Dos días de Vuelta y, muy probablemente, el Tour de Gévaudan Languedoc-Roussillon (2.2) antes de echar el cierre a una campaña que considera que “ha sido muy buena. Desde Coppi-Bartali, que hice tercero en la general y pude seguir a buen nivel en País Vasco [primera cita World Tour del año para él, N.d.A.]. Luego ya llegó Croacia, donde hice segundo y gané una etapa y Castilla y León, donde terminé segundo en la general. Fue una primera parte de la temporada muy buena. He podido mantener una regularidad muy buena durante todo este tiempo. Me iba metiendo entre los 15 primeros en todas las etapas que se podían considerar como duras. No sé cuántos top15 habré hecho este año, pero creo que en el 80% de las carreras he estado ahí”.
“Balance positivo de 2017”
Un inicio de año que, posteriormente, se vio confirmado. “Creo que está siendo muy bueno”, se refiere a ese segundo periodo con el resultado de la Vuelta a Burgos y lo que estamos viendo en la Vuelta. Aquí es más complicado destacar en comparación con otras carreras, pero estamos haciéndolo bien llegando casi todos los días con los mejores. Por todo ello, no puedo más que hacer un buen balance de 2017”.
Efectivamente, en la Vuelta a España Rosón está mostrando un gran nivel y una consistencia fuera de toda duda, algo de lo que el jefe de filas de Caja Rural-RGA se muestra muy satisfecho. Sólo el día de la contrarreloj de Logroño se desentendió de “disputar porque no tenía nada que defender. No voy a por la general y tampoco iba a ganar esa etapa. No salí de paseo, pero no tenía sentido apretar a tope. No es mi especialidad y nunca antes había hecho una crono tan larga, pero me he dado cuenta que de cara al futuro es algo que tengo que mejorar. Este año he dado un paso adelante, porque en otras contrarrelojes no he perdido tanto tiempo, pero soy consciente de que tengo que seguir mejorando”.
Pese a la entidad de los corredores que le han precedido en las pruebas en las que ha estado cerca de pisar el primer puesto del podio final, Rosón sí se queda con un ligero mal sabor de boca “de Croacia, porque creo que tendría que haber ganado. La tenía en mi mano y tuve un despiste en una etapa en la que me picaron siete segundos en un sprint que no tendrían que haberlos picado, pero bueno… lo hicieron y ese fue el error, entre comillas, que cometí y esos siete segundos fueron los que marcaron el resultado final. De no ser por eso, me hubiese traído la victoria a casa”.
El quinto puesto obtenido en Burgos quizás sea menos llamativo en términos resultadistas, pero al zamorano no le dejó absolutamente ningún mal recuerdo. “En absoluto me dejó mal sabor de boca. Los que terminaron por delante de mí no son unos cualquiera y corren en los mejores equipos del mundo mientras que yo estoy en el Caja Rural y eso también se nota mucho. Pero ese resultado demuestra que si he podido estar ahí delante, en el futuro podré pelear por cosas importantes”.
En esa Vuelta a Burgos, uno de los hombres que terminaron por delante de Rosón fue Enric Mas, el ciclista señalado por Alberto Contador como el joven español con más proyección de cara al futuro. “Enric es un buen amigo y se merece lo mejor. Creo que es un chico muy completo, es muy joven y ya va muy rápido… en España tenemos muy buenos jóvenes, pero él será uno de los punteros”.
“Ojalá pueda ganar el Top Ciclo21”
En cualquier caso, no es Enric Mas sino el propio Jaime Rosón el ciclista español sub26 que está completando, de forma objetiva, una mejor temporada en este año 2017. Liderar el Top Ciclo21 sub26 es algo “muy importante. Hay gente de menos de 26 años que está en equipos World Tour y yo no. Si estoy liderando el ránking es por algo y ojalá que lo pueda ganar a final de temporada. Espero que en la Vuelta a España haya conseguido unos puntitos importantes”.
Recientemente, Pablo Lastras decía del corredor Zamorano, que el año que viene estará a sus órdenes en el Movistar, que “ni él mismo conoce sus propios límites”, una aseveración con la que Rosón está de acuerdo ya que “muchas veces peco de falta de confianza en mí mismo. Creo que tengo que puedo llegar a tener más potencial del que yo mismo me veo. Muchas veces, cuando llego a meta, me quedo con la sensación de que podría haber hecho esto o lo otro. Por eso, estoy deseando empezar a trabajar con ellos y ver si pueden sacar lo mejor de mí para que yo confíe más en mí mismo todavía y pueda aspirar a hacer algo grande”.
No cabe duda que Rosón, una vez abandone Caja Rural camino de Movistar, tendrá un rol completamente distinto dentro del equipo. Pasará de líder a ser una joven promesa, algo que podría liberarle de cierta presión y que, al menos en teoría, podría permitirle, en esos días en los que pueda tener libertad de acción, no dejarse nada dentro. “Efectivamente, creo que eso puede suceder. Al final, en Movistar no voy a tener la necesidad de ganar. Esa presión será para otros. Yo tendré un papel más secundario, sobre todo en las grandes vueltas. Espero y deseo que el día en que me digan Jaime, hoy hay que darlo todo, pueda demostrarles que estoy ahí y que puedo ser un líder algún día”.
“En Movistar aprenderé de los mejores”
Pero Rosón, como el resto de jóvenes de Movistar, tendrá que pelear muchísimo encontrar una oportunidad de lucimiento personal en un equipo que contará, salvo sorpresa, con tres líderes claros como son Alejandro Valverde, Nairo Quintana y Mikel Landa. Tres jefes de filas que podrían taponar la progresión de los que están llamados a ser su relevo. “No lo veo así. Es una gran oportunidad de aprender de ellos. Si quieres mejorar, tienes que aprender de los más grandes y ellos lo son. No creo que sea un tapón para nuestra progresión porque a lo largo del año hay muchas carreras y muchas oportunidades y tampoco van a estar nunca los tres juntos en la misma carrera. En ese sentido, tengo que estar tranquilo”.
La actual está siendo la segunda gran vuelta por etapas para un Jaime Rosón que debutó en las tres semanas hace ahora doce meses en la ronda española. La comparación entre las dos carreras demuestra la mejora del corredor. “El año pasado iba muy tenso. Con mucho miedo. Tenía un gran temor de no llegar a Madrid, pero este año estoy yendo todos los días a tope para acostumbrar al cuerpo a estos esfuerzos. Ahora tengo mucha más resistencia y lo estoy demostrando llegando casi siempre con los mejores. Además, me noto fuerte todos los días, no tan cansado como el año pasado. En el otro lado de la balanza, creo que este año estoy teniendo menos suerte que en 2016 porque entonces conseguí coger dos fugas y este año sólo una, aunque me sirvió para ser tercero”.
A punto de echar el cierre a la campaña, es el momento de pensar en el futuro y, en concreto, en los puntos de mejora en los que el zamorano tendrá que trabajar más. Él tiene claro que “donde más quiero y tengo que trabajar es en la contrarreloj. Ahora mismo, el ciclismo mundial se decide muchas veces en la crono y es algo que tengo que mejorar. Eso, sin perder de vista que si puedo mejorar mis dotes de escalador sería muy bueno”.