“Hoy ponemos punto y aparte a una etapa genial de mi vida, digo punto y aparte porque los velódromos tienen dos curvas y nunca se sabe”. Con estas palabras comenzaba el mensaje de despedida del velocista asturiano Jaime Vega que a sus 24 años emprende un nuevo capítulo de su vida lejos de España, concretamente en México.
“Estoy estudiando ADE y quería completar mis estudios fuera de España. Estuve mirando en Australia y otros países, pero me llegó la oportunidad de México, concretamente de la Universidad de Monterrey, que tiene bastante prestigio, y no me lo pensé”. Total, que el próximo 12 de agosto ‘hará las Américas’ para centrarse en sus estudios. “No descarto entrenar allí, pero la prioridad son los estudios y en ello me voy a centrar”. En su despedida, Vega no aludía a otras circunstancias personales, aunque nos reconoce que “estaba un poco desilusionado y esto significa una nueva etapa, salir del estado de confort para no acomodarme”.
Como otros muchos, este asturiano de San Román de Candamo comenzó en la carretera, pero pronto se orientó hacia la pista, aunque no sea fácil hacerlo en su región natal. “Fue como todas las cosas de la vida, una mezcla de casualidad y de decisión. En carretera no me costaba ganar, pero en montaña siempre me quedaba. Junquera –antiguo presidente de la FCPA- y Alzaga –técnico de base, de origen mexicano, que ha sido uno de los que más le ha animado a su experiencia regiomontana- nos animaron a probar en el velódromo y aunque en Barcelona -2010, su primer año de cadete- no hicimos nada, un año más tarde fuimos campeones de España de velocidad por equipos, un hito para Asturias”.
Posteriormente como junior siguió esa racha, tanto como selección, como a nivel individual, destacando el Campeonato de España de Galapagar 2013 en el que logó los cuatro otros en las pruebas ‘cortas’. En los años siguientes, varios títulos sub23 y hasta nueve metales en los Nacionales absolutos, con una plata en la velocidad por equipos y el bronce en la individual el año pasado en Valencia.
La pregunta que nos planteamos es qué hubiera pasado de haber nacido en otra región con más medios, como Euskadi o Baleares. “Me gustaría saberlo, aunque son preguntas que no tienen respuesta. Es como me decía en un tuit Escuredo el otro día, sobre qué hubiera pasado de haber entrado en el Centro de Palma como cadete. Lo que sí te puedo decir es que lo que más me ha motivado siempre es poder sacar adelante a Asturias. En el fondo habíamos tenido a Alperi, pero gracias a nosotros, tanto Pablo (Sánchez) como yo, le comenzó a conocer lo que era lanzar un 200 o correr un keirin. Fuimos descubriendo un mundo, gracias a esa motivación, hasta que perdí la ilusión y me cambió el chip. No tuve el respaldo que debería haber tenido. Te estás matando en La Morgal y ves que no vale para nada”.
En este sentido, se refería también a una operación. “Tengo la rodilla tocada, con una lesión de ligamentos, y debo pasar por el quirófano, tanto para correr como para hacer mi vida normal. Ahora no lo voy a hacer porque no quiero arriesgar de cara al año académico, pero no he visto ningún apoyo pare ello”.
Con sus cualidades, y habida cuenta de la escasez de velocistas a nivel nacional, estaba claro que Vega tendría un hueco en la selección, aunque también ha tenido sus decepciones. “Mi espina clavada es no haber ido al Europeo de Grecia (2015), porque estaba en mi mejor momento, entrené a tope e incluso aporté algunas novedades, como tener tu propio calzado a medida, una iniciativa que traje del patinaje”. Posteriormente ha estado en otros eventos, aunque tampoco ha llegado a hacerse un hueco en la selección. “Tenemos que llegar con hambre, y en este sentido lo he dado todo, pero también pierdes la ilusión por las cosas que ves”.
Haciendo un repaso a su trayectoria, nos comenta que “el keirin era mi disciplina favorita, en la que más disfrutaba. Por el contrario, la que menos me ha gustado siempre es el 200, ya que exige una preparación especial, una mezcla de concentración y potencia, que no se lo acababa de pillar. Siempre me he crecido en competición, y por ello me gustaba no solo el keirin, sino los enfrentamientos directos en velocidad donde solía tener mejores resultados que en el 200”.
Y a pesar de tener sólo 24 años, considera que “el ciclismo me ha dado una madurez y una experiencia que no tendría por otro lado. Vengo de una familia humilde y he podido conocer muchos sitios y aprender muchas cosas que me hubiera sido imposible de otra forma. He tenido la suerte de poder combinar dos mundos como el ciclismo y la Universidad que han dado sentido a mi vida”. Ahora habrá que ver si en su experiencia mexicana, es capaz de ‘sobrevivir’ con solo esa mitad.
Y desde su ‘experiencia’ nos atrevemos a preguntarle qué consejo le daría a un chaval que empieza en la pista, y que debería evitar. “La clave es la disciplina, ser constante y tener la cabeza en su sitio –de hecho, definía la resilencia como la cualidad que mejor le define-. Que empiece desde ya a trabajar la psicología. En la pista no tienes un equipo, eres tú solo. Y aunque te lleves muy bien con tus compañeros, vas a tener que convivir con gente que quiere tu puesto”. En cuanto a la segunda parte, a lo que le faltó al asturiano, “le diría que se procurase recursos de todo tipo a tu alrededor, para no tener que hacer la guerra por tu cuenta”.
Pese a todo, el mensaje de Vega es claro. “He disfrutado muchísimo, por encima de todas mis expectativas. Me lo he pasado muy bien, he crecido y he hecho crecer a los que me rodean y no me importaría repetirlo todo si volviera a nacer”.