http://youtu.be/d0JGt8m0WHE
N. Van Looy / F. Ferrari / Ciclo 21
Se respiraba desde varios días antes de la cita, pero el ambiente en el velódromo de Grenchen (Suiza) era el de las grandes ocasiones. Lleno absoluto para presenciar lo que todos daban por hecho que iba a ser una noche histórica. Nadie dudaba de que Jens Voigt, auténtico protagonista solitario en ese anillo peraltado, iba a ser capaz de conseguir el objetivo de rodar más allá de los 49,700 kilómetros que el 19 de julio de 2005 estableció Ondrej Sosenka en el velódromo olímpico de Moscú. Era el último show de un ciclista peculiar. Un hombre que no podía hacer mutis por el foro. Tenía que irse a lo grande. Y lo hizo.
Fueron algo más de 204 vueltas al velódromo las que le hicieron falta a Voigt para entrar en los libros de historia del deporte. Para conseguir ese objetivo de poder “contárselo a mis nietos cuando se sienten en mi regazo cuando yo tenga 75 años”. Quedaba todavía más de un minuto y medio para que el reloj de la cuenta atrás de sesenta minutos llegara a cero cuando el alemán superaba la marca de Sosenka. En ese tiempo restante consiguió llevar la marca del récord de la hora hasta los 51,115 kilómetros, un registro que nadie duda que podrá ser batido en muy poco tiempo por los mejores especialistas del pelotón, pero que ha servido para escribir el nombre de Voigt con letras de oro como leyenda no sólo del ciclismo, sino del deporte.
No hubo ni un solo momento de flaqueza en el intento del hombre de Trek. Ya desde la primra vuelta sus tiempos eran sensiblemente mejores que los de su predecesor. Tanto que, tras unos 20 minutos de pedaleo, su equipo le hizo evidentes señas de que bajara el ritmo, preocupados por un hipotético bajón en su rendimiento en el tramo final de la intentona.
Sólo a partir de la media hora de giros pudo surgir alguna duda. Vimos a Voigt levantarse un par de veces sobre el sillín. Perder su postura de contrarrelojista. Soltar una mano del manillar. Parecían síntomas de incomodidad. Quizá de dolor excesivo. Pero todo se quedaba en eso, en síntomas. Pese a la evidencia de las imágenes, un vistazo a los tiempos confirmaba que el ritmo seguía siendo bueno. Que el récord, al menos en ese momento, no peligraba.
Fue ya en la parte final cuando asistimos a la entrega de potencia más increíble por su parte. Marcó algunas vueltas por debajo de los 17 segundos, toda una proeza a esas alturas. Los últimos diez minutos fueron, simplemente, de locura. Con el récord asegurado salvo caída o fallo mecánico, el público congregado en el velódromo suizo se vino abajo. La música (elegida por el propio Voigt) atronaba, pero los chillidos de los allí congregados se dejaban oír por encima de los AC/DC, Metallica, Europe y compañía. ¡Era lo que faltaba! A un corredor al que siempre le ha resultado tan importante el apoyo del público, esos aplausos le dieron alas. Shut up legs!, se podía leer en alguna pancarta. Y las piernas callaron. Y callaron todos. Y todo sucedió, de repente, a cámara lenta. Los últimos metros. El pistoletazo que marcaba el final. Los segundos de espera. Y, entonces, de repente, la explosión: ¡51,115 kilómetros! Esa era la distancia conseguida. Ese es el objetivo que deberán de grabarse a fuego ahora los Cancellara -quizás el evento de hoy haya sido parte del proyecto del suizo y la marca-, Martin, Wiggins o quienquiera que sea el que intente inscribir su nombre en un récord de la hora que, parece, ha vuelto a coger impulso. Porque el presente de Voigt ya se ha hecho pasado. Como todos los récords, ha sido conseguido para ser batido y eso, sólo eso, es lo que pensaremos a partir de ahora: ¿quién podrá con esta marca?
Para Jens Voigt, padre de seis hijos, llegaba el final. No sólo de los 60 minutos de sufrimiento más extremo a los que se puede enfrentar un ciclista, sino a su carrera profesional. A los 43 años recién cumplidos (ayer), cuelga definitivamente la bicicleta. Por ello, se entienden mejor sus palabras al terminar la prueba cuando aseguraba que “me siento muy feliz. Empecé muy fuerte. Quizá demasiado. Tras 20 minutos me dijeron que debía de bajar el ritmo y lo hice. Teníamos una estrategia un poco conservadora y vimos que estaba dando resultado, pero yo me sentía con muchas fuerzas y ganas, así que cuando faltaban 20 minutos me dije a mi mismo ‘esta es la última vez que haces esto, así que sufre hasta el final’ y aumenté de nuevo el ritmo. Lo quise hacer así porque sentía que podía y porque el público me dio mucha fuerza y quería brindarles un buen espectáculo”.
El objetivo, como dice, está conseguido ya que “esto es lo que queda. Mi nombre está con los más grandes del ciclismo: Eddy Merckx, Miguel Indurain… He entrado en la historia”.
Así se despedía, ahora sí para siempre, un padre de 6 hijos. Ciclista profesional durante 17 temporadas. Ganador de 30 carreras. Enamorado del deporte que le dio de comer. Y, ahora también, poseedor del récord de la hora. Así se despedía un, sobre todo, hombre sencillo cuyo plan inmediato era “voy a subirme a un avión e irme a mi casa donde me espera una pizza para compartir con mi familia”. Et voilà.
TIEMPOS SOSENKA (19.07.05) / TIEMPOS VOIGT (18.09.14)
Sosenka (53×13) 1 km: 1.15.01 (media 47.996) / Voigt (55×14): –1.476
5 kms: 6.00.42 (49.942) / -4.839
10 kms: 12.00.59 (49.959) / -12.587 (11:48.749)
15 kms: 18.02.33 (49.892) /
20 kms: 24.03.05 (49.894) / -24.367 (23:39.198)
25 kms: 30.04.89 (49.865) / -28.840
30 kms: 36.06.73 (49.845) / -34.489 (35:32.761)
35 kms: 42.10.81 (49.786) / -43.839
40 kms: 48.15.32 (49.735) / -59.084 (47:16.668)
45 kms: 54.15.00 (49.727) / -1.07.090
46 kms: 55.30.50 (49.722) / -1:21.748
47 kms: 56.42.97 (49.721) / -1:25.731
48 kms: 57.55.90 (49.714) / -1:29.883
49 kms: 59.08.75 (49.708) / -1:33.865
1 hora: 49.700 kms / 51,115 kms
PALMARÉS MASCULINO
- (a): Récord de la hora oficial según la UCI
- (b): Mejor esfuerzo humano según la UCI
- (c): Récord de la hora oficial según la IHPVA
Foto © Eurosport