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Gadret, antes de una crono © ciclismointernacional
La temporada llega a su fin y el mercado de fichajes bulle, aunque en menor medida por la crisis es cierto, con algunas contrataciones notorias como puede ser en este caso la del francés John Gadret por el equipo Movistar.
En los papeles se trata de un gran movimiento, ya que el ciclocrossman galo es un hombre de grandes vueltas y así lo refrendó en reiteradas ocasiones durante su estancia en el Ag2r, cuando portó los galones de la escuadra de Lavenu en el Giro de Italia y completó varias actuaciones en torno al top ten de la general, destacando el podio de 2011 con una victoria parcial incluida.
Pero sus antecedentes cercanos no son los mejores y el pase al conjunto telefónico es hasta sorpresivo si se tiene en cuenta lo hecho por el calvo pedalista en 2013, temporada en la que apenas fue 22º en el Tour de Francia en el que sólo mostró el rostro las últimas jornadas, antes de concluir el curso con un buen Tour de L’ Ain.
Tras una década a las órdenes de Lavenu, el desgaste hizo de las suyas y terminó por romper la relación con el rockero ciclista que, a modo de muestra, tiene gran cantidad de tatuajes y viste como un punk rebelde más que como un deportista de élite.
No sólo su apariencia es salvaje y el famoso incidente del Tour 2010 con su ex compañero y por entonces capitán, Nicholas Roche, es una muestra clara de su espíritu independiente, ya que además de no darle la rueda a su jefe tras un pinchazo, siguió pedaleando alegremente en el seno del grupo, que llegó média docena de minutos antes que el atribulado irlandés.
Por otra parte, la malaria económica actual, la consiguiente dificultad para encontrar equipo y la madurez que en teoría viene aparejada con la edad (nuestro protagonista tiene 34 años) son factores que deberían apaciguar al controvertido atleta, quién ya dio sobradas muestras de su carácter y es un arma de doble filo.
Está claro que si el galo ha firmado para hacer labores de gregario, algo para lo que por cierto está altamente capacitado en el aspecto físico pero que debe probar en el mental, por algo es, sobre todo si su patrón es todo un veterano como Unzué, quien no se anda con chiquitas.
Por eso es que se plantea la duda sobre si Movistar contrata un talento o un problema, ya que lo último que quiere ver el aficionado es a Nairo Quintana perder el Tour si su nuevo compañero lo deja a pie en vez de asistirlo como es debido.
Tampoco es cuestión de ser alarmistas ya que el corredor sabe que si quiere seguir activo y, ante el regalo del cielo que fue su fichaje por Movistar, lo más probable es que rinda en gran modo, puesto que el cambio de aires suele venir acompañado de motivación, algo que los roces en Ag2r habían quitado a Gadret que ahora incluso podría ser el nuevo comodín de los azules de cara a las grandes vueltas.
