José Belda vuelve a ser noticia tres años después. El exelite valenciano ha participado y terminado -al menos- dos marchas cicloturistas en este 2015 cuando -según la Real Federación Española de Ciclismo- su actual sanción por dopaje expira el próximo 18 de diciembre de 2015. Una fecha que le impide tomar parte en cualquier evento ciclista federado de cualquier manera como ha confirmado la RFEC a este medio. El protagonista, en cambio, piensa diferente. Un problema de fechas que está en vías de resolución en Madrid a petición del propio Belda.
El ciclista de Ontinyent, según el organismo que preside López Cerrón, no puede disponer de ninguna licencia anual ni tampoco las de día que sirven para tomar parte en eventos de cicloturismo, como acostumbran a hacer muchos aficionados a este deporte a lo largo de la campaña. De hecho su nombre y apellido figuran en la lista de los actuales corredores sancionados que tienen todos los colegiados españoles y que les sirve para controlar inscripciones incorrectas. En el caso de las marchas de ámbito autonómico -si en las nacionales e internacionales- no acuden árbitros RFEC por lo que es más fácil que ocurran casos como el expuesto. Pero aquí existe un problema de fechas entre federación y deportista.
Belda tiene otra versión diferente y explica por qué decidió volver a ponerse un dorsal «como hacen muchos cicloturistas, porque me apetecía y en plan de amigos», relata atendiendo la llamada de Ciclo 21 para contrastar la situación. «Ya he mandado un escrito a la RFEC porque, en mi opinión, no debo estar ya sancionado». Y expone sus argumentos. «La sanción» –dos años y ocho meses– «debía empezar cuando yo acepté la suspensión cautelar que fue en septiembre de 2012, por lo que tendría que hacer cumplido ya el pasado 21 de mayo. La RFEC estima que mi sanción comenzó en abril de 2013 por lo que para ellos concluye efectivamente en diciembre». A pesar de ello se presentó en las marchas.
Así las cosas cree que tiene solución. «Yo lo veo muy fácil, pero depende ya de ellos y del Comité de Competición. Todos cometemos errores y no pasa nada porque lo reconozcan. Pero me cabrea estar así porque la RFEC sabe que si acepté en su día la suspensión provisional, es la fecha que debían haber aplicado y no la posterior cuando resuelven el expediente». Y matiza que «ni estoy en la lista de la UCI ni en la de AEPSAD» -donde sí aparecen los cinco años de suspensión del cántabro Tino Zaballa– «pero sí en la lista de los árbitros, donde tampoco debía estar. He hablado también con López Cerrón para poder aclararlo todo».
Y desmiente que vuelva a competir, tras los rumores de su regreso en las -poco contrastadas- redes sociales. «No es mi intención volver en masters. No tengo ahora ninguna idea ni objetivo en la cabeza». Una presunta vuelta hoy por hoy imposible porque la RFEC no le puede expedir ningún tipo de licencia.
El exciclista -que cumplió 40 años el pasado 6 de junio- incumplió presuntamente por primera vez su estatus en la pasada Marcha Tour del Juguete en la población alicantina de Ibi, celebrada el pasado 6 de junio. Una cita de carácter autonómico, puntuable para el ranking de cicloturismo de la Federación de Ciclismo de la Comunitat Valenciana (FCCV), organismo que debe controlar la situación de los participantes y las licencias obligatorias -incluidas las de día- para tener dorsal.
Belda -dorsal 218 como «independiente»- no sólo se limitó a participar, sino que fue el primero en cruzar la línea de meta, acompañado del profesional alicantino del Caja Rural, Antonio Molina (dorsal 1.642), como reflejan las clasificaciones. Además marcó el mejor tiempo en el tramo cronometrado del puerto de La Carrasqueta y en el de Tudons, ambos por delante del corredor de Xàbia.
Posteriormente se trasladó hasta Alcalá de la Selva (Teruel) una semana más tarde, el 13 de junio, para tomar parte -de nuevo presuntamente de forma antirreglamentaria- en la Marcha Sierra de Gúdar, que termina en la estación de esquí de Valdelinares, organizada por el CC Turolense e inscrita en la Federación Aragonesa de Ciclismo. En esta ocasión, Belda cruzó la meta en tercera posición, después de recorrer muchos kilómetros en cabeza, pero se vio superado por el campeón de España master 30 y exprofesional Jordi Berenguer, que posteriormente fue el que mejor tiempo registró en la Quebrantahuesos. Fotografías.
Belda fue sancionado en 2012 por dos controles positivos como avanzó en su día el blog Ciclismo CV. Uno en la primera etapa (8 agosto 2012) en la Vuelta Internacional a León de aquel año -en la que obtuvo la victoria final- con ácido ritalínico y por el que fue sancionado por la UCI hasta el 20 septiembre de 2014. Pero también violó las normas antidopaje anteriormente el 15 de julio de 2012 en la clásica de Loinaz, en Beasain (Gipuzkoa) por metiltestosterona -testosterona oral-, en un control de la Agencia Vasca Antidopaje «que no fue del todo claro» afirma Belda tres años después. A pesar de esta situación siguió compitiendo y ganando como en la Vuelta a Tenerife.
Al final la suspensión total fue de 32 meses, aunque la UCI estima que en caso de dos positivos contemporáneos se debe aplicar la sanción más dura, en este caso, los dos años de la UCI. La RFEC -que podía suspenderlo hasta 4 años- optó por engrosar el castigo 8 meses más.
Esta anómala situación podría acarrear a Belda la incoación de otro nuevo expediente disciplinario por parte de la RFEC, siempre que medie la denuncia del caso por parte de otro poseedor de licencia. No obstante, es un extremo poco probable, ya que el Comité de Competición tendría que primero responder a Belda cuándo realmente acaba su sanción. Si finalmente ratifican que es el próximo diciembre, Belda habría participado de manera irregular. En caso contrario, no tendría por qué tener consecuencias su reaparación anticipada.