José A. Fernández recibió el premio a la deportividad en Avilés

 «Lo mío es estar en la sombra», fue la reacción de José Antonio Fernández, «Tono», tras conocer que había recibido el premio a la deportividad «Tiempo de Deporte», que otorga la Fundación Deportiva Municipal de Avilés.

Precisamente ese papel en la sombra, el que le lleva a estar detrás de la organización de un gran número de pruebas ciclistas en la comarca desde hace más de 30 años, con un trabajo y dedicación sólo reconocido por sus más allegados, le ha llevado a que el Ayuntamiento avilesino le haga este homenaje: «Mi familia hasta se enfada por todo el tiempo que paso dedicado al ciclismo, pero entienden que me encanta. Es mi pasión desde pequeño», afirma el miembro de la Peña Ciclista Roxín.

El pasado miércoles, junto a los deportistas, directivos y entidades deportivas que muchos conocen por sus logros, recibió su premio en la Gala del Deporte aquel que se encarga de hablar con el centenar de dueños del terreno por donde pasa el Open de mountain bike «Villa de Avilés», el que se preocupa por los permisos de tráfico para las pruebas de carretera, el que organiza a los voluntarios, coloca las delimitaciones del circuito, el que tiene que despejar los caminos para que no haya nada peligroso para los participantes en tal prueba y siega siete kilómetros de recorrido sin rechistar: «A veces me dicen, «pero si es una prueba de mountain bike, se trata de que se encuentren cosas». No se dan cuenta que esa piedra o ese riachuelo es todo un peligro, eso es algo que se gana con la experiencia», explica. Él afirma que todo es un trabajo en equipo, pero el ex ciclista profesional José Manuel García, «Roxín», señala que sin él sería muy difícil trabajar: «Está ahí para todo», sentencia.

Organizar las competiciones junto a Roxín (y antes también junto a Ramón Arbesú, al que siempre tiene en la memoria) es todo un orgullo para Tono, el primero de su familia que se apasionó por la bicicleta cuando apenas tenía cinco años para luego intentar competir en la adolescencia: «Para ser ciclista te tiene que encantar el ciclismo, pero también tener cualidades, si no, enseguida ves que no tiene sentido. Roxín tenía las cualidades; yo hasta cogí confianza con el conductor del coche escoba, que me decía que si estaba peleándome por ir detrás», recuerda.

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