Redacción / Ciclo 21
Juanjo Lobato ha decidido poner punto y final a su trayectoria deportiva tras 13 temporadas como ciclista profesional. El español llegó como aprendiz al Andalucía Caja Sur en agosto de 2010, para después formar parte de la primera plantilla durante los años 2011 y 2012. Aquel primer año en sus filas consiguió su primer triunfo en el Circuito Getxo -carrera que volvió a ganar en 2013-. Tras esta andadura dio el salto al World Tour de la mano del equipo Euskaltel (2013) y posteriormente al Movistar (2014-2016). A lo largo de estos años en los equipos españoles, Lobato se ganó un nombre en el pelotón gracias a sus éxitos en el Tour Down Under, Vuelta Andalucía o Dubai Tour entre muchos otros.
Su rendimiento le permitió recalar en la plantilla de LottoNl-Jumbo en 2017, equipo en el que vivió uno de sus peores momentos como profesional. Juanjo fue despedido por incumplir el código interno del equipo al utilizar somníferos para conciliar el sueño, algo que reconoció y achacó a problemas personales. «Me muestro muy arrepentido por la decisión que tomé en su día. Lamentablemente a día de hoy, y con la temporada empezada, me encuentro sin equipo y también necesito expresar públicamente mi deseo de seguir compitiendo al máximo nivel». Aquella frase deslizada en una carta a principios de 2018 buscando una oportunidad, le sirvió para entrar a formar parte de la plantilla del Nippo Vini (2018-2019) durante dos temporadas consiguiendo una única victoria con sus colores en 2018 en la Copa Sabatini.
Superado este bache, Juanjo Lobato regresó a Euskaltel en 2020 para competir con su maillot hasta este 2023. Su última carrera fue con el maillot naranja el pasado mes de julio en la Vuelta Castilla y León -dónde ganó una etapa en 2013- y su último triunfo en la jornada de clausura de la Volta Alentejo, que completa un palmarés en el que resaltan 19 victorias.
Comunicado íntegro: «Hola a todos, llegó del día de tener que despedirme como ciclista profesional. ¿Temprano? Para mí y de todo corazón han sido los mejores 13 años de mi vida. Quién me iba a decir cuándo empecé a dar vueltas con la bici en esa magnífica Calle Grajales. Como ciclista profesional no cambiaría nada de lo que me ha tocado vivir y hacer. Ya dijo un cantante una frase famosa: ‘Yo no me enorgullezco de mi pasado, pero tampoco me avergüenzo porque todas mis caídas, todos mis resbalones, todas mis alegrías, todas mis felicidades, son las que me han hecho ser el guerrero que soy hoy en día. Quiero agradecer a todos y cada uno de los equipos que he estado en estos 13 años. El que me dio la oportunidad por aquel 2010, el Andalucía Caja Sur, a bordo de Antonio Caballo. Seguido, fui al equipo de mi vida, Euskaltel-Euskadi. Duró poco, pero sabíamos que no podía acabar así. Posteriormente Movistar, donde pasé los mejores 3 años de mi carrera deportiva. LottoNl-Jumbo, agradecido por los amigos que dejen ese equipo. Nippo vini y en especial a su manager Pelosi, quién me tendió la mano más de una vez y cuando sin duda alguna más la necesitaba. Agradecido siempre. Y para acabar, a mi Euskaltel-Euskadi, segunda versión y donde siempre he considerado mi casa desde Txus y Azanza y a todos los compañeros que he tenido. Obviamente a mi familia entera, mi hermana Inma, tíos, pero especialmente quiero mencionar a 3 personas que lo son todo para mí, que sin ellos no hubiese podido ser la persona que soy hoy en día. Mis padres José y Juani y mi hijo José. Muchísimas gracias viejos A mi mujer Judit, llegaste en el momento más difícil de mi vida y aguantaste como lo que eres, una campeona y doblemente feliz por lo mejor que tenemos nuestra Inna. El ciclismo, conocí a dos personas incondicionales y por las que siento verdadera admiración. Carmen y Raspo año tras año me habéis demostrado que sois mi otra familia. No me he podido despedir sin agradecer al ciclismo. Sin el ciclismo no podría haber tenido compañeros y amigos para toda la vida. La lista es inmensa, pero mi socio José Joaquín Rojas la encabeza. Eres mi otra mano, mi confidente, mi hermano. Gracias Joaquín por ser como eres y no puedo irme sin nombrar a mi niño adoptivo. Juanpe López es de Lebrija y es mi hijo en el ciclismo. Muchísimas gracias a directores, masajistas y mecánicos, por tanto, que habéis hecho por mí, os estaré eternamente agradecido. Terminar es mi pueblo quién merece estas últimas palabras. Yo soy trebujenero y a lo largo de mi trayectoria he intentado que mi pueblo se sienta la mitad de orgulloso que yo me siento de él. Muchas gracias Trebujena. Os llevaré siempre en mi corazón. Atentamente, vuestro vecino Juanjo Lobato».